A quién beneficia una nueva vía

A quién beneficia una nueva vía

TEÓFILO QUICO TABAR
Cuando se proponen alianzas políticas alternativas con miras a participar en las elecciones presidenciales, casi siempre dichas noticias son tomadas con cierto entusiasmo dentro de los grupos y personas descontentas con el accionar de los políticos y los partidos llamados tradicionales, pero incluso analistas pasan desapercibido si la intención de las nuevas fuerzas o alianzas tienen intenciones reales de participar para ganar o si simplemente lo hacen como parte de una estrategia que de cualquier forma busque fraccionar determinados votos.

Para comenzar hay que aclarar que la intención misma de procurar fraccionar determinado segmento de votación no es pecaminoso desde el punto de vista político, por lo tanto, lo que tratamos de hacer no es criticar ni acusar a quienes lo realicen, sino llevar al ánimo de la gente que una cosa es lo que pudieran ser las intenciones de algunos con determinadas posiciones u otras cosas los resultados reales.

En la práctica esto ha sido algo tan verdad como que hay vida y muerte. La historia política latinoamericana está llena de ejemplos de surgimientos de grupos y movimientos unitarios, cuyos objetivos han sido acomodarle una determinada posición a uno de los partidos que han llegado a colocarse en la polarización, algunos de ellos de una forma u otra patrocinados o acomodados desde las esferas de poder.

El surgimiento de movimientos políticos en nuestro país previo a las elecciones, especialmente cuando se vislumbra polarización tampoco es desconocido. Fuerzas políticas, incluso determinantes han participado, sin darse cuenta de que eran víctimas de estrategias a remoto o simplemente simulaban desconocerlo.

Si se analizan los procesos políticos de los últimos 30 años, especialmente durante la vigencia del doctor Balaguer en la Presidencia, encontraremos movimientos con visos unitarios de los que solo los ingenuos desconocían que eran manejados, dirigidos u orientados por las fuerzas políticas que casi siempre convergieron con sus propósitos o su pensamiento.

Eso lo saben muchos político de fuste con vigencia, que en su oportunidad coordinaron esfuerzos para evitar ser arrastrados como marionetas, pues a pesar de las habilidades, capacidades e importancia en el liderato, muchos de ellos pasaban desapercibido las maniobras de algunos dirigentes y agrupaciones, que a pesar de lo duro de sus posiciones, no eran sino parte de una estrategia que le permitiera a Balaguer mantenerse en el poder o evitar que su más importante contrincante alcanzara el poder.

Los movimientos unitarios pueden ser buenos y saludables por cuanto son capaces de ampliar el cauce por donde pudieran deslizarse diferentes caudales o formas de pensamientos y voluntades. Lo no quiere decir que por el simple hecho de la ampliación del cauce se producirá concomitantemente un aumento del caudal. Los cauces son ilusiones y perspectivas acompañadas de percepciones que muchas veces se desvanecen, o los pequeños caudales capaces de alcanzar son absorbidos por el subsuelo de los realismos y las objetividades.

Pudiera representar una gran pérdida de tiempo y esfuerzo acompañados de muchas otras cosas que no forman parte de este contexto, cuando los esfuerzos unitarios no tienen real base unitaria, no tienen perspectiva real de éxito, o no cuentan con discursos y lenguajes diferentes al que los demás son capaces de producir o acomodar según las circunstancias.

Constituiría una gran pérdida que hombres importantes y de valía en todos los órdenes, que ayer fueron protagonistas de primer orden de los partidos mayoritarios, que por circunstancias especiales o particulares, más de corte personal que de otra índole, se dejen confundir y gastar en esfuerzos que no lograrán objetivos importantes sino que talvez, y sin darse cuenta, puedan ser utilizados como colocadores de bolas para que otros ejecuten el remate.

A muchos de nuestros líderes, particularmente a los políticos, les pueden sobrar muchas cosas, pero les falta la suficiente dosis de humildad que muchas veces los conduce a la obnubilación y a perder la objetividad. Una pequeña dosis de humildad productora de acciones creadoras basadas en el amor, es capaz de producir mayor fuerza que todas las posibles manifestaciones unitarias, cuyas reales intenciones estarían por descifrar.

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