¿A quién le beneficiaría una división entre Danilo y Leonel?

¿A quién le beneficiaría una división entre Danilo y Leonel?

Políticos y comentaristas viven apostando a la idea de que Danilo Medina y Leonel Fernández se van a dividir, y que, en tal virtud, podría producirse el surgimiento de otra fuerza política salida del PLD. En función a esas conjeturas, más que nada en base a puras especulaciones, habría que preguntarse, a quién le beneficiaría una situación como tal.
Partiendo del supuesto de que, ante una situación de divergencias de envergadura insospechable dentro del peledeísmo, no lograran lo que hasta ahora ha sido su tradición, de colocar las posibilidades de éxito de su partido por encima de las ambiciones o aspiraciones grupales o personales, y se rebozara el vaso del entendimiento a tal punto que uno de los dos se vaya del PLD y creara una nueva fuerza, eso no necesariamente le garantizaría beneficios a ningún sector en particular.
Los que anhelan o especulan sobre tal posibilidad, parten del criterio de que sería Leonel Fernández quien pudiera abandonar el PLD y forme otra fuerza política. Tal situación, que todavía no cabe en cabeza como la mía, habría que verla desde varias vertientes. Ya sea que formara un partido nuevo, o que, como ocurrió con el PRM, buscara una de las fuerzas ya existentes, aunque le cambien las siglas.
Pero, a pesar de que entiendo que eso no va a suceder, porque ni hay elecciones a la vista, ni tampoco reelección, en el remoto caso de que así ocurriera, lo que debería interesarle o preocuparle a quienes en cierto modo estimulan o anhelan una situación como tal es, analizar si esa nueva fuerza pudiera desplazar algunos partidos de oposición actual, y que esas dos vertientes peledeístas pudieran convertirse en gobierno y oposición a la vez.
Los partidos opositores, además de otros grupos o sectores que adversa las ejecutorias pledeístas, manteniéndose divididos, pudieran verse amenazados o desplazados con la creación de una nueva fuerza de esa naturaleza. Porque al crearse una nueva fuerza política, encabezada por un presidente o un expresidente, podría atraer una parte importante de los partidos que hoy se encuentran dispersos en la oposición.
Particularmente, repito, no creo que una idea de esa naturaleza pudiera estarse incubando. Además de que la historia peledeísta así lo enseña, la personalidad de los actores en cuestión, no tienen el perfil que algunos suponen. Y aunque se dice que en la viñas del Señor de todo hay, antes de ponerse a prenderle velas a los santos para que lo que algunos anhelan pudiera darse, lo más recomendable para los peledeístas, la oposición y la sociedad civil es, que cada quien se ponga a definir mejor su rol, con el objetivo de constituir un verdadero y equilibrado sistema democrático, y no apostar a lo que no se sabe que podría producir.
Calentar huevos ajenos para que incuben, podría producir dos cosas: o que los huevos no saquen, o que empollen pichones de tamaño y fuerza tal, que los saquen a picotazos de sus propios nidos.

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