¡A rebelarnos contra un PRSC de señoritos!

¡A rebelarnos contra un PRSC de señoritos!

En la próxima asamblea reformista debe producirse algo más que un cambio de caras: una renovación   que permita retomar consignas esenciales del reformismo resumidas en “ni injusticias ni privilegios”. Esto no será posible con un PRSC dirigido por señoritos conforme definición del DRAE – “jóvenes acomodados y ociosos  – como pretende la actual presidencia del partido.

Los dirigentes a escogerse en esa Asamblea deben seguir el ejemplo de nuestro fundador cuyos “ascensos en la carrera política no fueron nunca producto de los azares de la cuna”. Deben observar sus advertencias que la “oligarquía política es… la peor plaga del pueblo… y que “a ella se deben los grandes males que hoy sufre el país…” por cuyo restablecimiento se necesita nuevamente “reconstruir una nación moral y materialmente desecha…” como consecuencia de déficits fiscales, económicos y sociales, insuficientemente  encarados y una corrupción moral no sancionada.

Para ello es “preciso poseer vocación de sacrificio” en la dirección del PRSC con miras a “impedir que haya algunos dominicanos demasiado ricos junto a otros excesivamente pobres” o “que unos pocos quieren… nadar en la opulencia a costa del mayor número que apenas dispone de… recursos… para satisfacer sus necesidades”.

Solo una dirigencia escogida dentro de este parafraseo de Balaguer podrá el PRSC recuperarse del ridículo posicionamiento reiterado recientemente en Gallup-Hoy (4.4%), después de haber aportado grandísimas  transformaciones nacionales, y así proporcionar a nuestra democracia una opción capaz de dar cumplimiento, nuevamente, a las exigencias del momento.

Ciertamente disponemos de un gobierno con aprobación de mayorías nacionales, y concitador de esperanzas. Pero como ha sucedido en otras naciones – Brasil, Colombia y Perú constituyen ejemplos recientes -aprobaciones y esperanzas se desvanecen cuando se sustentan en manejos mediáticos y/o en temores a retrocesos pasados; en lugar de sustentarse en políticas impulsadoras de una democracia eficaz y eficiente, social y económicamente.

El agravamiento de la situación fiscal observada durante el primer año de gobierno con relación a pasados sugiere la posibilidad de desvanecimiento. En los primeros meses del 2013, el 96% de las recaudaciones se consumieron en gastos corrientes y para cubrir amortizaciones faltaron 18%. En los primeros siete meses del 2009 las recaudaciones excedieron los gastos corrientes un 12% y cubrieron amortizaciones sin permitir inversiones con recursos propios. Durante gobiernos reformistas sobraba el 41% de las recaudaciones para efectuar inversiones.

Llevar al gobierno a recomponer las finanzas públicas requiere una enérgica disciplina administrativa que no puede ser propulsada por señoritos de portes aristocráticos, de alcurnia y abolengo.

Por estas razones, para la próxima Asamblea, tenemos la obligación de rebelarnos para impedir la imposición de un PRSC dirigido por señoritos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas