Todos tenemos en casa ese espacio que no nos termina de gustar, decoramos, cambiamos cosas, compramos y compramos y parece que nada funciona.
Es una de las razones principales por las que un área de la casa prácticamente no se usa pues no logramos que se sienta armonía o deseos de estar ahí.
Puede ser cualquier lugar en la casa, la sala, una de las habitaciones, el estudio, el balcón y finalmente nos rendimos y abandonamos la tarea. Hay algunas cositas que podemos hacer para darle un giro a la “mala situación” de ese espacio, pues muchas veces nos abrumamos al verlo y volteamos la cara.
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1. Orden
Es un trabajo duro, pero lo ideal es sacar todo lo que no se usa, lo que está dañado o roto y no se va a reparar y lo que ha quedado allí porque muchas veces se convierte en un desahogo de la casa y un espacio de acumular. Lo que se va a quedar debe clasificarse y guardarse correctamente.
2. Trabajar el color
Con esto me refiero a usar una paleta de colores neutros, pues así tendrás claras las proporciones y el espacio con que puedes contar y un lienzo en blanco donde empezar desde cero.
3. Define
Es importante tener claro qué se hace ahí, quiénes y en qué momento, para poder decidir qué mobiliario y cuáles cosas necesitan para ese espacio.
Al final, ve trabajando con los detalles personales y familiares que darán ese toque único y especial a tu rincón donde ahora van a querer estar y compartir.