A la octogenaria mujer le gustaría estar incluida en los planes sociales del gobierno del presidente Luis Abinader
Esperanza, Valverde.- Con cien años de edad, doña Mundita aún recuerda fresco en su memoria la mano dura del dictador Rafael Leónidas Trujillo y la generosidad del gobierno del presidente Joaquín Balaguer. Ella vive feliz con su familia, pese a las limitaciones económicas y al olvido social sometido por parte de las autoridades.
“El que no tenía la cédula en la Era de Trujillo debía andar huyendo de noche, porque era obligatorio llevarlo en los bolsillos, pero la gente podía amanecer en las calles y nadie le robaba. El único ladrón era él”, afirmó la dama, en una entrevista concedida a reporteros de Hoy desde su residencia.
Raymunda Minier, nombre de pila de doña Mundita, nació un 7 de febrero de 1924, en Loma de Jicomé Abajo, una comunidad perteneciente al municipio de Esperanza, en la provincia Valverde. Narró que amaba al expresidente de la República Joaquín Balaguer.
“Yo adoraba al doctor Balaguer, él me daba mis funditas de comida siempre y nunca le hizo daño a mis hijos”, expresó la octogenaria mujer que reside desde hace décadas en el paraje El Manguito de Damajagua, también del municipio de Esperanza.
Doña Mundita tuvo diez hijos con su esposo Juan (fallecido), y actualmente vive con una de sus hijas. Explicó que sobrevive por el cuidado de su familia, pero que desde el Gobierno central no recibe ninguna asistencia social, excepto el seguro de salud subsidiado de SeNasa.
Su única situación de salud que padece por el momento es la presión arterial. No es diabética y eso le permite ´comer todo` lo que esté a su alcance; dice que nunca falta su cafecito en las mañanas.
“Yo me como dos huevos de desayuno, salami o queso con víveres, (mangú), a veces chocolate con pan, todos los días y si no aparece me dan de comer otra cosa”, manifestó doña Mundidta, y puso como ejemplo las cachirulas, nombre dado en los campos al banano verde.
A sus cien años de edad y con múltiples necesidades, doña Mundita no es de las personas que vive quejándose a cada momento de los problemas.
Por su avanzada edad, ella requiere el soporte del Estado dominicano, a través del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), institución que a partir de ahora tiene la oportunidad de iniciar un levantamiento en lugares apartados como la comunidad de Damajagua, Esperanza, donde se encuentran otras personas avanzada edad y sus mismas necesidades.