Tres instituciones de danza: Ballet Concierto Dominicano, Endanza Juvenil y Ballet Nacional Dominicano, presentaron el espectáculo “A tiempo de tres” en la sala Manuel Rueda de Santo Domingo, a beneficio del programa “Talentos Jóvenes para la Danza”.
Cada movimiento de la danza es una síntesis, un acorde, una armonía difícil de analizar sus notas. El arte de la danza fluye como torrente incontenible de una fuente interior que transforma las vivencias en formas que se externan, en movimientos que emocionan, en una íntima relación de cuerpo y espíritu.
Ese cosmos de la danza, exquisitamente rítmico, es expresado por cada uno de los coreógrafos participantes: Carlos Pons Guerra, Annabelle López Ochoa, Carlos Veitía y Stephanie Bauger.
Cada hacedor de danza parte de una idea primigenia, y –cual escritor– desarrolla su narrativa, creando su propio estilo. Con la pieza “Together Clinging” – “Juntos aferrados”– de Carlos Pons Guerra, inicia el programa.
El coreógrafo español se inspira en poemas del libro “Hojas de hierba” del escritor norteamericano Walt Whitman, el poeta de la igualdad, de la libertad, que ambicionaba crear una forma de expresión poética del hombre nuevo, transmitiendo en sus versos su propia personalidad. “Me canto a mí mismo/ y lo que yo acepto tú aceptarás/ pues cada átomo de mí también es parte de ti”.
Sobre estas premisas, Carlos Pons construye una coreografía contemporánea, neoclásica, entretenida y por momentos humorística, cuyos intérpretes, “dos muchachos abrazados, sin separarse uno del otro” recrean ese estado de plenitud compartida.
Cada movimiento es una frase ingeniosa que termina con singular estilo, cercano a la “danza clown”; la música escogida, la chispeante “Danza de las horas” de la ópera “La Gioconda” de Amilcare Ponchielli es un acierto, se adecúa a la propuesta.
La pareja formada por los excelentes bailarines Karla Espaillat y Eliosmayker Orozco muestra, además de buen nivel técnico, gran histrionismo, proyectando la imagen perfecta de los “muchachos abrazados”. Es la primera obra que vemos de Carlos Pons Guerra, y nos ha fascinado. Esperamos tenerlo de nuevo en nuestro país.
En el segundo número del programa, la escena se convierte en un gran salón de baile de mediados del siglo XX, en donde las parejas bailan un embriagante “Danzón”, baile de origen cubano que perdura a través del tiempo.
Con esta pieza coreográfica, Carlos Veitía se supera a sí mismo, tomando como referencia su estreno hace algunos años. Inspirado en el exquisito Danzón núm. 2, sinfónico, del mexicano Arturo Márquez, Veitía reproduce el ambiente festivo con el desplazamiento de las parejas en formaciones estéticamente hermosas, marcadas por el ritmo contagioso.
Participan los bailarines: Lya Gómez, Carla Barinas, Yeri Peguero, Sofía Almonte, Oona García, María Camelia Ureña, Nayeli Chamorro, Stevens Heredia, Luis Pérez Ovalle, Maykel Acosta, Alexander Duval, Jean Carlos Scott, Wander Sánchez y Sander Robert.
Basado en otro ritmo latinoamericano, el tango, Stephanie Bauger, presentó su ballet “*@3”, tan contemporáneo como su propio título. Pero la contemporaneidad de Stephanie, tiene un componente lírico, que trasciende.
Teniendo como basamento el nostálgico tango “Adiós Nonino”, de Astor Piazzola, a través de tres bailarinas –Patricia León, Karla Espaillat y Demi Marie Issa, y una cuarta, Cora Collado– la propia Stephanie construye con hermosos momentos coreográficos, las diferentes etapas de la vida de las amigas; el compartir es la gran divisa, la amistad la impronta. Stephanie Bauger, va trillando un camino al danzar, que la sitúa ya, como una sensible y destacada coreógrafa. El programa concluyó con el ballet “Memorias del Dorado” de la coreógrafa colombiana Annabelle López Ochoa. El trabajo de esta artista lo hemos podido apreciar en ocasiones anteriores, recordamos sus ballets “Nube, Blanco”, “Aguas Vivas”–creado para el Ballet Nacional–, “Symbiosis”, “Before After” y “Still Life”.
En este nuevo ballet, la coreógrafa se inspira en una leyenda de la época de la conquista, la búsqueda de la “Ciudad de oro” en territorios que hoy conocemos como Colombia.
Annabelle Ochoa, creativa, cual “joyel de oro de un buril genial”, esculpe con gran creatividad bellísimas formaciones contrastantes. Las bailarinas, convertidas en gema de oro, y los bailarines en su danza febril, metáforas de los conquistadores, recrean sus espacios y, al unirse, convierten la escena en una apoteosis danzaria.
El espacio escenográfico, con pocos elementos, de buen gusto, diseños de José Miura, es realzado por las luces apropiadas de José Lara. “A tiempo de tres” es un espectáculo profesional de danza en el que pudimos apreciar el nivel alcanzado por nuestros jóvenes bailarines. Esperamos que pueda ser presentado en otros escenarios para públicos no tradicionales, y así ganar nuevos adeptos al mundo de la danza –solo podemos amar lo que conocemos–.
Un reconocimiento al Patronato Dominicano por la Danza por el soporte brindado.
Más del espectáculo
Un reconocimiento a las bailarines Cora Collado, Laura de los Santos, Sofía Almonte, Liliana Pérez, Carolina Frith, Demi Marie Issa, Karla Espaillat, Lyanni Rincón, Lya Gómez, Patricia de León y Carla Barinas, y a los bailarines: Maykel Acosta, Joel Rodríguez, Adrián Jáquez, Jean Carlos Scott, Alexander Duval, Sander Robert y Paolo Peralta. La música utilizada por la coreógrafa se adecúa a cada momento… Conviven la música contemporánea minimalista, de Max Richler y Michel Banabila, y la barroca de Antonio Vivaldi y Juan Sebastian Bach.