A tiempo para corregir fallas y elevar confianza en consultas electorales

A tiempo para corregir fallas y elevar confianza en consultas electorales

El fantasma de la abortada primera fase de elecciones de autoridades en el 2020 sobrevuela espectral la cuenta regresiva hacia elecciones municipales el 18 de febrero cuando estarán a prueba los recursos de la era digital cuyo uso técnicamente eficaz e imparcial dependerá en gran medida del blindaje puesto allí con transparencia y observación multipartidaria para impedir penetraciones con fines retorcidos y desde la sombra. Deberán estar certificadas por estamentos superiores: la destreza, profesionalidad y calidad moral de quienes estarán a cargo de tecnologías de asombrosa versatilidad, aprovechable para el bien, pero también para el mal si falla la idoneidad supervisora.

En busca de la perfección el recurso de la auditoria habrá de llegar preventivamente una y otra vez a la interioridad mecánica de la red electrónica por la que circulará el disperso resultado de la voluntad popular en una primera y estelar jornada para la renovación de funcionarios de los municipios y distritos.

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El arribo, tras votaciones en febrero y mayo, a unos resultados incuestionables por su exactitud y limpio desarrollo está también supeditado a la permanencia en todo el proceso de una conexión fluida y constructiva de voluntades entre quienes rigen con equidad de directrices la cita con las urnas y computación de sufragios y los contendiente de las justas de cuya ecuanimidad y entereza depende mucho que los ejercicios democráticos transcurran ordenadamente sin reediciones de pasados tropiezos.

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