A todos con la misma vara

A todos con la misma vara

La democracia tiene la virtud de que al menos pretende distribuir equitativamente las oportunidades.

Sus actos y normas siempre deben estar basados en medir a todos con la misma vara y cerrarle el paso al privilegio.

 Pero en determinadas circunstancias el tratamiento igualitario puede no resultar equitativo. Hay circunstancias en las que lo que es igual, sí puede ser ventaja para alguno en perjuicio de otro.

Los partidos de oposición han reclamado que la Junta Central Electoral (JCE) les autorice a difundir su propaganda proselitista y este reclamo lo hacen amparándose en el argumento de que hay perjuicios comparativos en el trato igualitario que supone la disposición que ordena el cese de la campaña proselitista. No les falta razón.

 La disposición que impone el cese de la campaña proselitista no afecta por igual a los candidatos de la oposición y al oficialista.

 II

Una vez proclamada la búsqueda de la reelección por parte del Presidente de la República, las inauguraciones y otros actos oficiales, inevitablemente, promueven su figura aún cuando no haya propaganda expresa en ese sentido y aunque el partido que lo postula se abstenga de utilizar actos oficiales para promover a su candidato.

Este efecto se produce porque es muy difícil, por no decir que imposible, que en un marco jurídico  tan defectuoso como el nuestro haya posibilidad de separar las figuras del Presidente de la República y la del candidato que aspira a reelegirse en ese cargo.

Por esta causa la JCE deberá ponderar con mucho tino la petición que formulan los partidos de la oposición.

En su momento, la Junta deberá producir una resolución que pueda atenuar la posibilidad de privilegios que renieguen del principio de equidad que sustenta la democracia.

Evidentemente, hay circunstancias en las cuales lo que es igual sí puede ser ventaja relativa para alguno en perjuicio, también relativo, de otros.

 

Que se investigue

La jefatura de la Policía ha puesto en claro que no tolerará excesos de sus agentes en su trato con los ciudadanos.

También ha dejado claro que sus agentes repelerán las agresiones con la misma fuerza que se emplee contra ellos.

Esa garantía nos inspira a solicitar que sea investigado un caso de aparente uso excesivo de la fuerza.

Se trata del caso de Luis Manuel Mella Campos, de 23 años, a quien hubo que amputarle la pierna derecha tras recibir dos cartuchazos en la rodilla, a manos, según versiones, de una patrulla policial.

Un tío del Mella Campos ha denunciado que los disparos les fueron hechos estando esposado y acostado en el suelo.

Había sido  arrestado con una orden judicial por haber herido de bala a una persona en un incidente cuyos detalles no vienen al caso por el momento.

La jefatura de la Policía debería establecer las circunstancias en que fue baleada esta persona y en caso de uso excesivo de la fuerza deberá aplicar las sanciones que correspondan.

Sería una forma tangible de hacer valer su compromiso de no tolerar excesos de policías contra ciudadanos.

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