A un Francis de Tenares

A un Francis de Tenares

He recibido con tremendo dolor la noticia de la muerte de Francis Livio Grullón, quien dedicó toda su vida productiva al magisterio como profesión, pero más importante aún fue su contribución a la educación política de todo aquel a quien pudo llegar. Francis Livio será un inmortal en la geografía de Salcedo ya que gravitó de manera importante en todos los contornos de la provincia, siendo un heredero de la influencia directa de las hermanas Mirabal en la lucha por la libertad del pueblo dominicano.

Pero sus ímpetus libertarios no se limitaron a la organización social y política, sino que era un amante apasionado de la literatura, escribiendo numerosos poemas y ensayos, así como una diversidad de artículos literarios y otros de corte netamente político, lo que ayuda al rescate de su memoria a través de la lectura de sus trabajos.

Fue un seguidor fiel del profesor Juan Bosch, siendo de los fundadores del PLD en el municipio de Tenares y uno de los más tenaces batalladores para la consolidación de esa formación política. Durante muchos años fue la expresión misma de esa organización en el municipio, a pesar de sus limitaciones físicas; sin embargo se fue al mismo tiempo un hombre sin fronteras en el trabajo.

Francis pertenece a esa legión de héroes locales y anónimos que contribuyen a que nuestra sociedad pueda sobrevivir a la corrupción y la desvergüenza. Mantuvo una ética de la vida buena, tanto a nivel privado como en el desempeño de sus funciones como maestro y funcionario público. La provincia Salcedo debe sentirse orgullosa de hijos como Francis Livio que supo entregar su vida al servicio a los demás y a la enseñanza, mediante la tiza y el borrador, mediante las buenas letras, pero sobre todo mediante el ejemplo de una vida pletórica de dignidad.

Hombres de una vida sencilla y humilde como Francis Livio son los que hacen la patria grande. Debemos rescatar sus valores y su ejemplo para que en la República Dominicana no continúe dejándose arropar por la violencia, por los pistoleros, los narcotraficantes, la jeepetocracia y la altanería que caracteriza a muchos de los que asumen funciones públicas. Debemos destacar la vida digna, la lucha patriótica por la defensa de nuestra identidad y especialmente la dedicación de hombres como Francis Livio, que a lo mejor tuvo muy pocas cosas materiales, pero sin embargo desarrolló un corazón inmenso que le permitirá vivir muy largamente en el alma de la mayoría de quienes le conocieron.

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