A un mes de la partida de Juan de los Santos

A un mes de la partida de Juan de los Santos

Conocí a este notable amigo cuando yo estudiaba mi carrera de Comunicación Social en la Universidad Central del Este, a finales de la década de los años 80 y pude aquilatar el valor de sus sentimientos carácter de sus firmes decisiones, pese a la juventud que lo arropaba, adornadas con un alma limpia y un corazón altamente generoso.
En el amplio discurrir de la vida se consagró al trabajo que dignifica y a la honradez de sus actuaciones que enaltece a los hombres de valentía y coraje como él.
Fui testigo de tantas sanas acciones, unas veces como consejero y otras como defensor, en numerosos casos en favor de aquellos que se acercaban para pedir su protección y ayuda, con su humildad y nobleza de corazón los resolvía sin mirar a quién, solamente por humildad, actos éstos que le supieron ganar el cariño, gratitud y respeto de toda la colectividad de sus compañeros.
Juan de los Santos, te despidieron de este mundo cuando estabas en plena juventud, cuando empezabas a cosechar lauros de tu brillante carrera como político.
Juan de los Santos, tú no estás en este mundo de los vivos que está lleno de tanta hipocresía y de tanta maldad, muestra de eso son esas manos sucias y asquerosas que te privaron de vivir, para que tu no continuaras haciendo bien como siempre te caracterizaste.
Pero aún vive y vivirá eternamente tu recuerdo entre toda tu familia y tus amigos quienes elevamos preces al todopoderoso por el eterno descanso de tu alma, ya que en tu vida fuiste un hombre creyente, un hombre de bondad y de firmes decisiones.
Juan de los Santos, sé que estás en un lugar privilegiado porque Papá Dios a los hombres como tú siempre los lleva a su lado.
El día que a mí me toque partir de este mundo de los vivos, espero estar a tu lado y acercarte una nota, una crónica, un comentario de cómo este pueblo recibió tu partida.
Adiós mi pana.

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