¡A votar! Y a partir de mañana…

¡A votar! Y a partir de mañana…

Los dominicanos debemos concurrir el día de hoy a votar conforme el dictamen de nuestra conciencia, contando para ello con las posibilidades que nos ofrece una prolija boleta electoral.

Los que crean que el gobierno nos está conduciendo adecuadamente, tienen la oportunidad de expresarlo  votando por el PLD; mientras quienes perciban lo contrario podrán castigarlo votando en contra, señal que el propio gobierno podrá ponderar para relanzarse.

Los que consideren que ese relanzamiento requiere oposición dura y firme, sin desperdiciar el voto y con posibilidades de desplazar a PLDístas de posiciones de poder, tienen la opción de votar por  PRDístas.

Los que estimen que ese relanzamiento puede implementarse desde las entrañas del gobierno tienen en el PRSC la oportunidad de manifestarlo.

Los que prefieran ejercer votos de conciencia tienen a Dominicanos por el Cambio.

Los que entiendan que la democracia mejora con  la rebeldía revolucionaria insertada en estamentos de poder, podrán expresarlo en el recuadro del MIUCA.

 Los que deseen reforzar a figuras particulares tienen más de una docena de recuadros en la boleta.  

No debemos perder esta oportunidad para ejercer un derecho que por lo menos servirá de laboratorio para analizar el comportamiento político de nuestros conciudadanos; ya que ni los partidos, ni organizaciones de la sociedad, están estudiando exhaustivamente que  impulsa a los dominicanos a votar por quien.

Ejercido el sufragio, a partir de mañana debemos abocarnos a encarar los desafíos que confrontamos:

– Recuperación económica que el  FMI y el gobierno han reconocido que  “tiene riesgos” porque “sigue siendo débil”; ahora que nuevas amenazas procedentes de Europa se agregan a las preexistentes.

– Recurrencia al endeudamiento para subsanar esa riesgosa debilidad, cuyos pagos merman la capacidad de prestación de servicios públicos;  enfrentándola reduciendo déficits, actuando sobre gastos y mejorando recaudaciones, principalmente formalizando la economía, hoy informalizada por muchos y altos impuestos y complicados procedimientos.

– Tráfico de dinero, armas y sustancias estimuladoras de delincuencia, combatiéndolo por otras vías, como la tributaria, ante el rotundo fracaso de los esquemas hasta ahora seguidos.

– Inseguridad ciudadana, ante la debilidad nacional para imponer orden y disciplina;

– Freno a negligencias, dispendios e impunidades acicateadas por manifestaciones generosas de una cultura de subsidios fomentadora de ocio y dependencia, inhibidores de iniciativas y forjador de empresarios parasíticos. 

– Vocación de servicio, en lugar de servirse, en nuevos y viejos incumbentes de poderes públicos.

Todo eso a partir de mañana.

Hoy, emitamos una señal contundente que preferimos este instrumento democrático; especialmente frente a vientos dictatoriales procedentes de litorales externos e internos.

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