Abandono

Abandono

El Parque Mirador Norte acusa un gran abandono y se deterioran progresivamente sus equipos y facilidades.

Este importante pulmón, diseñado y construido para esparcimiento de la familia, está dejando de ser un lugar atractivo.

Un reportaje publicado en la página cuatro de este diario, en la edición de este lunes, retrata el estado de abandono que predomina en el Mirador Norte.

A las áreas verdes cercanas a la entrada del parque no se les está dando el mantenimiento necesario y los visitantes se han quedado sin espacios acogedores en los cuales puedan solazarse.

Los paseos en botes por el lago están siendo realizados sin apego a las normas de seguridad que imponen que cada persona debe llevar salvavidas. Niños y adultos son paseados en estas pequeñas embarcaciones sin esta protección, aparte de que un buen número de botecitos está averiado.

El sistema de trenes para recorrer el parque ha quedado inservible y el óxido está acabando con el mismo. La iluminación de la zona se ha deteriorado y hay muchas luminarias fuera de servicio.

Los juegos destinados a los niños, como columpios y toboganes por ejemplo, están dañados, oxidados, rotos y abandonados.

En las inmediaciones de la cafetería se acumulan aguas malolientes y la instalación en sí misma está deteriorada, como lo están también otras instalaciones cercanas.

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La situación actual del Mirador Norte contrasta mucho con los ambiciosos planes que tenía el Gobierno, que incluían la construcción de un anfiteatro, una piscina y colocación de vías férreas para un tren que haría los recorridos.

Se pretendía convertir este parque en una maravilla paisajística, con especies de flora debidamente identificadas por sus nombres científicos.

La reserva de fauna ha quedado reducida a uno que otro conejo, varias gallinas, seis iguanas, unos pocos gansos y patos y predominan las palomas.

No se sabe qué está haciendo el patronato encargado de este parque para rescatarlo y continuar su desarrollo. Se ha afirmado que el problema fundamental, que ha conducido al deterioro de este espacio, es de índole financiera, pues la asignación presupuestaria no alcanza para cubrir los gastos.

No se entiende cómo se hace una inversión tan cuantiosa para crear este espacio y luego se le deja deteriorar y perder presuntamente por causas financieras.

La del Parque Mirador Norte no es la única situación de abandono a que han quedado sometidos espacios que la población necesita para su esparcimiento. Ahí están como ejemplo el parque Enriquillo, en la avenida Duarte, y el ubicado en la avenida Venezuela, en Santo Domingo Este.

Es necesario que estos patrimonios públicos de gran utilidad para la distensión de los adultos y diversión de los niños sean definitivamente rescatados de esa situación de abandono en que se encuentran.

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