Se cuentan por decenas los niños que al ser alzados por sus padres u otras personas en habitaciones que tienen abanicos en el techo, reciben lesiones de gravedad.
Las aspas de un abanico que gira se convierten en potentes cuchillas con la capacidad de cercenar completamente partes del cuerpo, por lo que, para evitar accidentes, tenga en cuenta lo siguiente:
– Coloque el abanico a una altura prudente. Lo ideal es que un adulto de pie y con el brazo extendido no pueda alcanzarlo. Si el techo es demasiado bajo, es mejor optar por abanicos de pared o pedestal.
– Manténgalo en velocidad mínima o media. En máxima velocidad, un abanico desarrolla una gran potencia y por ende, ofrece mayor peligro.
– Nunca cargue a caballito ni alce a un bebé en una habitación con abanico de techo: todo lo que se mueve llama la atención de los niños y despierta en ellos el deseo de agarrarlo.
– Enseñe a sus niños desde pequeños a no tocar o introducir sus dedos entre las aspas de los abanicos.
– Si va a pintar, lavar ventanas o clavar clavos en una habitación con abanico de techo, primero apáguelo y no empiece su tarea hasta que sus aspas se detengan totalmente.