Abatido Alfonso Cano jefe de las FARC

Abatido Alfonso Cano jefe de las FARC

BOGOTA, (AP).- Sin la conocida espesa barba que encaneció a través de los años, el máximo jefe de las FARC Alfonso Cano murió el viernes en combates con el ejército y la policía en el sur colombiano. Desde el balneario de Cartagena, el presidente Juan Manuel Santos confirmó el abatimiento del jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una zona del sur del país.

«Cayó el número uno de las FARC», dijo Santos en una breve declaración a los reporteros. No respondió preguntas. La muerte de Cano, cuyo verdadero nombre era Guillermo León Sáenz, es «el golpe más contundente que se le haya dado a esta organización en toda su historia», agregó el mandatario, quien terminó su intervención con la frase «viva Colombia».

Santos ratificó su invitación a que los rebeldes se desmovilicen porque caso contrario «terminarán en la cárcel o en una tumba». Las autoridades explicaron que la montañosa zona donde estaba el jefe rebelde, de 63 años, fue bombardeaba cerca de las 8:30 de la mañana (1330GMT), posteriormente las tropas desembarcaron, revisaron el área y encontraron en una casa en forma de búnker objetos personales del líder guerrillero como sus lentes y billetera además de siete computadoras, 39 memorias USB y al menos 194 millones de pesos en efectivo (aproximadamente 102.000 dólares). Cano estaba con cerca 14 rebeldes, cuatro de los cuales murieron, cinco fueron capturados y el resto huyó, dijo a The Associated Press el almirante Roberto García, comandante de la Armada.

Cano corrió unos 200 metros desde esa casa y entró en la maleza cuando se encontró con los uniformados y el choque armado fue pasadas las 5:00 de la tarde (2200GMT), agregó el oficial.

Sin embargo, ni el presidente Santos en Cartagena, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón ni los mandos militares que hablaron en Bogotá dieron detalles sobre si Cano abrió fuego al momento de encontrarse con los uniformados en una zona rural del municipio de Suárez, en el departamento de Cauca, y a unos 350 kilómetros al suroeste de Bogotá o las dificultades que encontraron los uniformados para moverse en esa región. Un militar resultó herido en la operación llamada «Odiseo», dijo Pinzón. Esa zona del norte del Cauca y en los límites con los departamento de Tolima y Huila fueron tradicional bastión de Cano, con 33 años de militancia en las FARC, según el ministro Pinzón, al buscar protección en la cordillera central del país.

El Ministerio de Defensa divulgó una foto del rostro y pecho del abatido rebelde, que se ve sin lentes, vistiendo una camiseta azul y sobre una tela blanca. El ministro Pinzón indicó que se tardaron hasta la noche en hacer el anuncio oficial porque querían primero que las autoridades forenses y de la Fiscalía General comprobaran su identidad al cien por ciento.

El cadáver de Cano fue trasladado a Popayán, la capital del departamento de Cauca, donde el presidente Santos y los mandos militares tenían previsto viajar el sábado a primera hora, dijo el ministro Pinzón. «Alfonso Cano ha caído, ha sido dado de baja, ha sido reconocido, todo el proceso forense ha sido revisado», dijo Pinzón en conferencia de prensa en el ministerio. El ministro dijo que analizaban si pagaban o no una recompensa ofrecida por Colombia por datos que llevaran a Cano, al menos 2,7 millones de dólares.

El Departamento de Estado norteamericano ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por datos que llevaran a su ubicación Su muerte es una resonante victoria para el gobierno del presidente Santos, que llega apenas un año después de que el ejército abatiera en septiembre del 2010 al comandante militar de los rebeldes, Jorge Briceño o alias Mono Jojoy. Sin embargo, no se trata de un golpe mortal para esta insurgencia campesina que tiene casi medio siglo de existencia.

 La muerte de Cano no significa la inminente desaparición de la última insurgencia izquierdista rebelde de Latinoamérica, dijeron analistas. Víctor Ricardo, quien fue comisionado de Paz durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) cuando se adelantaron durante casi cuatro años fallidos diálogos de paz con las FARC, felicitó a las fuerzas militares, pero advirtió que para Colombia no era el fin de la guerrilla, que se cree está compuesta por unos 9.000 integrantes. «Por supuesto hay que decirlo con mucha claridad, es un golpe a la moral (de las FARC), pero en ningún caso la gente se puede imaginar que eso puede llevar a la terminación de las FARC», dijo Ricardo. Señaló que las FARC tienen una disciplinada jerarquía militar y siempre hay alguien esperando ascender.

Ricardo anticipó que la jefatura rebelde podría ser asumida por Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», o también por Rodrigo Londoño Echeverry, alias «Timochenko», o «Timoleón Jiménez», ambos miembros del secretariado. La muerte de Cano, sin embargo, es el más reciente de una serie de golpes al liderazgo rebelde que comenzaron en marzo de 2008, cuando el llamado «canciller» de las FARC, Raúl Reyes, fue abatido en un bombardeo en un campamento rebelde en Ecuador, al otro lado de la frontera. Ese mismo mes, el venerado fundador de las FARC Pedro Marín, alias «Manuel Marulanda» o «Tirofijo», murió por causas naturales en las montañas del país. Varios comandantes más fueron abatidos y las deserciones rebeldes, incluyendo mandos medios, alcanzaron niveles récord. Todo eso ocurrió mientras Santos era ministro de Defensa del 2006 al 2009 del ex presidente Alvaro Uribe (2002-2010).

Los dos construyeron los éxitos militares gracias a miles de millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos, incluyendo entrenamiento e inteligencia, y Santos se posesionó en agosto del 2010. Sin embargo, las FARC se han reagrupado en los últimos meses y la violencia rural ha aumentado, de manera que la caída de Cano favorece enormemente a Santos. Más temprano, el gobernador de Cauca, Guillermo Alberto González, dijo en diálogo telefónico que con la muerte de Cano la zona esperaba mayor tranquilidad. «Ya podemos dar la noticia que nos da a nosotros una gran tranquilidad», dijo González hacia las 0200 GMT. En el Cauca han ocurrido en los últimos meses las acciones más fuertes de las FARC.

 Cano, un hombre de barba espesa y gafas visto como un representante del ala intelectual de las FARC, había enviado varios mensajes en videos al gobierno de Santos para sentarse a dialogar. Sin embargo, el gobierno de Santos sostenía que las FARC debían dar muestras concretas de paz, como liberar a todos los secuestrados, antes de eventuales diálogos.

Ya desde inicios de este año el presidente Santos había dicho que la fuerza pública le respiraba en la nuca a Cano, sobre quien pesaban 119 órdenes de captura por delitos como homicidio, secuestro y extorsión, entre otros. Por su parte, el ex presidente Pastrana dijo en diálogo telefónico que aunque Cano era descrito como el ideólogo de la guerrilla, siempre le llamó la atención que «nunca estuvo en la mesa de negociación» en aquellos años de diálogos entre el gobierno y las FARC. «Este golpe tiene que poner a pensar a las FARC que la guerra la están perdiendo… es un punto de inflexión» para los rebeldes, dijo el ex mandatario.

Antes de ingresar a la guerrilla, Cano «era de la clase media de Bogotá, tenía su estilo y guardaba cierta elegancia», recordó el escritor y analista Alfredo Molano en diálogo telefónico. «Era tímido», aseguró Molano, quien conoció al rebelde cuando ambos eran estudiantes en la Universidad Nacional a finales de la década de 1960 y comienzos de la de 1970.

«Yo lo lamento mucho por él… lo lamento también porque esto pone unos puntos suspensivos a la posible aproximación que el gobierno estuviera haciendo para llegar a un acuerdo», dijo Molano.

Explicó que el secretariado de las FARC no toma decisiones solo, sino que depende del «Estado Mayor» o una instancia por debajo de una veintena de comandantes y donde la muerte de Cano va a crear un resentimiento y por lo tanto se cerraría a un acercamiento con el gobierno. La muerte de Cano, dijo, «si bien puede ser un triunfo militar, puede ser un error político si el gobierno tenía dentro de su agenda una negociación»

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