Hoy 
RAMALA (EFE).- Mahmud Abás (Abú Mazen) juró ayer en Ramala su cargo como presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) mientras Israel intensificaba sus agresiones en la franja de Gaza, donde mató a seis palestinos. En el discurso de investidura, Abú Mazen llamó a las facciones armadas palestinas y a Israel a proclamar un alto el fuego, y a la reanudación de negociaciones para llegar a una solución final al conflicto palestino-israelí.
Abú Mazen afirmó que se esforzará «para mantener la unidad de los palestinos y llevar a cabo un diálogo profundo con las facciones palestinas», y subrayó que seguirá los pasos su antecesor, Yaser Arafat.
Asimismo, expresó su orgullo por «el proceso democrático que ha puesto en práctica el pueblo palestino» durante las elecciones celebradas el pasado domingo en las que obtuvo un 62 por ciento de los votos.
La ceremonia se desarrolló este mediodía hora local (10.00 GMT) en la Mukata, sede de la ANP en Cisjordania.
A la misma asistieron 67 miembros del Consejo Legislativo Palestino (CLP), miembros del Gobierno palestino, del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y de la Comisión Central de Elecciones, así como representantes de países árabes y extranjeros.
El acto comenzó con un discurso del presidente interino del CLP, Hasan Jereisha, seguido por unas palabras pronunciadas por el presidente interino de la ANP, Rauhi Fatuh, antes de traspasar sus poderes a Abú Mazen y retomar su puesto como presidente de la Cámara Legislativa.
«Tenemos ahora un nuevo presidente palestino, elegido legalmente de acuerdo con la ley palestino», dijo Rauhi Fatuh, que hoy dejó de ser presidente interino de la ANP.
Tras el juramento de Abú Mazen, el nuevo presidente visitó la tumba de Arafat en el patio de la Mukata, donde recitó unas oraciones del Corán.
El presidente entrante de la ANP está bajo fuertes presiones de Israel y de EEUU para neutralizar a las facciones armadas palestinas y tiene previsto viajar esta tarde a la franja de Gaza para negociar un alto el fuego con las facciones armadas palestinas.
Entretanto, en la franja de Gaza soldados israelíes mataron esta mañana a seis palestinos en una incursión militar al sureste de la ciudad de Gaza y en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la franja de Gaza.
El agente de la Policía palestina Aisa Kashku, de 20 años, y Yehya Abú Muhsin, de 25 años y residente en la zona, murieron al ser alcanzados por un proyectil disparado desde un tanque en el barrio de Al Zaitun, al sureste de la ciudad de Gaza.
Abdel Rahman al Susi, de 19 años, resultó muerto en la misma incursión tras ser alcanzado por balas en la cabeza y el pecho.
Un cuarto palestino, Mohamed Badhadhu, de 21 años, también se encuentra entre las víctimas mortales.
El Ejército israelí, que además hirió de gravedad a otro seis palestinos, irrumpió esta mañana en la zona y arrasó con excavadoras militares campos de cultivo palestinos.
Un portavoz de las fuerzas palestinas de seguridad afirmó que «si Israel quiere de verdad que las fuerzas palestinas de seguridad mantengan el orden en la franja de Gaza deben cesar sus ataques contra nuestros agentes».
Mientras, en Rafah, el Ejército israelí mató a dos palestinos e hirió a otros once de diversa consideración al disparar un obús desde un tanque contra un grupo de palestinos que se encontraban en la Puerta de Saladino, un barrio ubicado cerca del centro de esa localidad, informaron fuentes palestinas.
De entre los dos muertos en Rafah hasta el momento se conoce la identidad de Nidal Abú Tuyur, de 22 años.
Tres palestinos fallecieron ayer en la franja de Gaza de heridas sufridas por disparos de soldados israelíes, entre ellos un niño de 11 años.
Miembros de la resistencia palestina continuaron esta madrugada con sus ataques con morteros contra los asentamientos judíos en la franja de Gaza y el Ejército israelí proseguía con los arrestos de palestinos en Cisjordania.
