El dirigente opositor Luis Abinader afirmó ayer que para construir el proyecto de nación que satisfaga las necesidades y aspiraciones de la sociedad, es indispensable un compromiso de los dominicanos de buena voluntad con la herencia ejemplar del padre fundador de la República, Juan Pablo Duarte.
En un mensaje emitido con motivo de celebrarse este viernes el 205 aniversario del nacimiento de Duarte, Abinader sostiene que el avanzado proyecto de Constitución de Duarte, fundamentado en la soberanía nacional, un régimen de justicia y solidaridad, constituye un apropiado referente para solucionar buena parte de las dificultades que padece hoy el pueblo dominicano.

Consideró que la democracia dominicana vive hoy un momento difícil en el que las instituciones que integran el Estado y definen el ordenamiento de la vida democrática, han entrado en crisis y deterioro. Sostuvo que la vida transparente de Duarte y su integridad y honestidad a toda prueba, se constituyen en una clara y fuerte guía para hacer frente a la impunidad y la corrupción, que tanto daño hacen al país.

“Duarte ha sido y continuará siendo un ejemplo inspirador para la ciudadanía y para quienes desde diversas posiciones tienen la responsabilidad de la política, y en ellos descansa el porvenir de la vida ciudadana”, expone Abinader.

Agrega que se debe celebrar el ejemplo de entrega, su capacidad de sacrificio, su fe y confianza inquebrantables en el porvenir del pueblo dominicano, que siempre fueron más allá de los sufrimientos, injusticias, y exilios forzados que padeció. Por ello, exhorta a que «en esta conmemoración del nacimiento del Padre de la Patria, meditar y redoblar los esfuerzos por constituir su ejemplo de vida en guía de la acción para instaurar la patria que hoy debemos fortalecer y consolidar”.

El aspirante presidencial del PRM relaciona que el proceso de renovación en unidad que realiza ese partido como principal fuerza política comprometida con el fortalecimiento de las instituciones y la creación de un nuevo proyecto de nación, abre la oportunidad de renovar la esperanza del pueblo, de que sean sustancialmente mejoradas sus condiciones de vida.