Abinader desprecia el poder que podría manejar a sus antojos

El presidente Luis Abinader está pretendiendo llegar a ser el mandatario más democrático de nuestra vida republicana. Olvida que al profesor Juan Bosch lo “tumbaron” con un cruento Golpe de Estado cívico-militar el 25 de septiembre de 1963, al tratar de instalar en la República Dominicana una democracia perfecta.

Al parecer, tampoco percibe, que la dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana ha sido tan indecente que no ha cumplido con el plazo de los primeros cien días de tregua se concede a los nuevos presidentes.

Tras la pérdida del dominio físico del profesor Bosch, el PLD llegó al poder en 1996 con ayuda del nefasto caudillo reformista Joaquín Balaguer, y luego del interregno 2000-2004, gobernó el país durante 16 largos años (2004-2020), debido al uso omnímodo de los poderes del Estado.

En la presente coyuntura político-económico-social vive la República Dominicana, Luis Abinader arriba al comando del Poder Ejecutivo, y su sustentación política, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), es supremacía en el primer Poder del Estado, el Legislativo, pero el presidente Abinader, como que desprecia el poder que podría manejar a sus antojos, como queriendo “ganar” favoritismo, o vendiéndose como un presidente excesivamente democrático, olvidando la acuñada frase: “el Poder es para usarlo”.

Si el presidente Abinader sigue otorgando cosas a sectores que siempre le han sido adverso a la corriente política que hoy lo sustenta, podría en un breve plazo confrontar problemas para la estabilidad de su Gobierno. Y no quisiera ser pitonisa, pero eso es lo que se vislumbra.

Es un craso error de cualquier presidente, en cualquier parte delmundo, entregar lo que le ha concedido la población. Para un buen entendedor, sobran las palabras.