Abinader y el PRM se consolidan y podrían ganar en primera vuelta

Abinader y el PRM se consolidan y podrían ganar en primera vuelta

LA ROMANA. El candidato presidencial Luis Abinader, afirmó esta tarde que a unos días de las elecciones del domingo el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana está desesperado porque sabe que las tienen perdidas. Abinader estuvo acompañado por el candidato a alcalde osé Ignacio Morales, El Artístico, Los regidores Carmen Quezada y Luis Cornielle, asícomo Iván Silva, candidato a senador. Estuvo acompañado por los dirigentes nacionales de su campaña Nelson Arrollo, director ejecutivo, César Cedeño y Geanilda Vásquez. Hoy/Fuente Externa 11/02/20

El colapso de las elecciones municipales del  16 de febrero parece haber generado una avalancha contra el partido gobernante y su candidato que aparece a la deriva al perder preferencias en cuatro encuestas independientes entre enero y febrero

Las encuestas Greenberg para el Diario Libre y la de MarkPenn-SIN, publicadas esta semana muestran un afianzamiento de la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que por primera vez aparece con preferencias que le permitirían triunfar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de mayo próximo.
Por su parte el Partido de la Liberación Dominicana y su candidato presidencial Gonzalo Castillo lucen a la deriva, en relación a las preferencias del mes de enero pasado, con una acentuada distancia del primer lugar, lo que se atribuye en parte al colapso de las elecciones municipales del 16 de febrero.
Encuesta independiente. La Greenberg para el Diario Libre, publicada esta semana, es la tercera encuesta independiente de los partidos, y una cuarta auspiciada por un grupo empresarial, no publicada, que en dos meses otorga una amplia ventaja a Luis Abinader en las preferencias para la elección presidencial de mayo. Es la primera que le otorga posibilidad de ganar en la ronda inicial, con 52 por ciento de las intenciones de voto. Las cuatro le marcan amplia ventaja en caso de ser necesaria una segunda con Gonzalo Castillo de contrincante.
Resalta el curso ascendente que mantiene Abinader, en seis semanas, pasando de 43 por ciento que registró en la Mark-Penn a principio de enero, a 52 por ciento en la Greenberg, realizada entre el 21 y de 24 de febrero, para un incremento de 9 puntos, mientras Castillo se reducía en 4 puntos, de 28 a 24 por ciento, en el mismo lapso. Leonel Fernández perdió 2 puntos, del 19 al 17 por ciento.
Para la eventual segunda vuelta la ventaja del perremeísta ha sido cada vez más rotunda, ascendiendo 12 puntos, de 56 a 68 por ciento, frente al peledeísta, quien a su vez desciende 8 puntos, del 35 al 27 por ciento, para 41 puntos de diferencia. Las tres encuestas de enero midieron también a Abinader en segunda vuelta frente a Leonel Fernández, con resultado de 62 a 28 por ciento. La de febrero no contempló ese escenario.
La Greenberg recoge la abrupta caída de las preferencias por el PLD, a la mitad desde abril del 2016, cuando 53 por ciento se identificaba con ese partido, mientras ahora solo registró 27 por ciento. La opinión favorable por ese partido se redujo más abruptamente, cayendo 28 puntos, de 51 a 23 por ciento. En tanto, un 51 por ciento se mostró dispuesto a apoyar al PRM en las elecciones municipales. En la Gallup-HOY de enero, los dos partidos aparecieron empatados a 42.2 por ciento. El PRM ya registró mayor simpatía en la Mark-Penn 37 a 21 y en la empresarial 39 a 36 por ciento.
Ventaja en la municipal. La primera medición de una encuesta independiente sobre preferencias para las elecciones municipales fue también conocida esta semana, la de Mark-Penn limitada a solo cuatro municipios, los tres mayores, Santo Domingo Este (SDE), Distrito Nacional (DN) y Santiago, así como Higüey. En tres saca ventaja el PRM, que aparece perdiendo en Santiago, donde el actual alcalde peledeísta Abel Martínez registra 40 por ciento frente a 32% del perremeísta Ulises Rodríguez, pero todavía con un alto 21 por ciento de indecisos.
Las candidaturas de Manuel Jiménez y Carolina Mejía del PRM en los dos municipios más grandes del país, SDE y el DN, superan la mitad con 52 y 53 por ciento, y en Higüey el perremeísta Rafael Duluc, apareció por encima de Karen Aristy, postulada por el PLD, por 44 a 39 por ciento.
El voto para senadores en esos municipios urbanos apareció dividido, con claras ventajas para la perremeísta Faride Raful, por 36 a 22, frente al peledeísta Rafael Paz (DN), y para Amable Aristy, del Partido Liberal Reformista-PLD, superando a Virgilio Cedano del PRM, por 53 a 27 por ciento en Higüey. Dentro del margen de error quedan las ventajas de Cristina Lizardo, del PLD, 33 a 30 por ciento, frente a Antonio Taveras Guzmán del PRM, (SDE), así como la de Eduardo Estrella, que por el PRM, por la mínima de 37 a 36 por ciento, frente a Julio César Valentín del PLD en Santiago.
La medición de Mark Penn/Stagwell fue en base a muestras para esos cuatro municipios, que oscilaron entre 791 en SDE y 613 en Higüey, con margen de error entre 3.1 y 3.5 por ciento. Nadie ha medido preferencias municipales mayores, pero en base a las preferencias presidenciales, se cree que el PRM tendería a ganar en muchos de los mayores, y que el PLD sacaría ventajas, sobre todo por el poder estatal y local, en los medianos y pequeños. Aunque la ventaja de Abinader, pudiera alimentar sus candidaturas municipales.
Motivos de una avalancha. Los registros de las cuatro encuestas independientes, se ratifican y son superados parcialmente en las investigaciones del Centro Económico del Cibao para el PRM, y en otras atribuidas al patrocinio oficialista. Todas marcan una avalancha en favor de Luis Abinader, que desde hace dos años empezó a emerger como favorito para el 2020.
Las causas recurrentes son el cansancio de la población con la gestión del PLD en los últimos 16 años y en 20 de 24, por el desgaste natural que genera el usufructo continuo del gobierno, precipitado por la división del PLD tras sus elecciones primarias del 6 de octubre, y más recientemente por el colapso de las elecciones municipales del 16 de febrero, que en gran proporción se le atribuye al poder gubernamental. En la Mark Penn hasta 25 por ciento responsabiliza al gobierno del fracaso, 18 al PLD y hasta 35 por ciento a la JCE, pero apenas llega al 4 por ciento los que lo atribuyen al PRM y el 6 a la Fuerza del Pueblo.
Desde hace cuatro años la valoración del gobierno y del PLD se han reducido aceleradamente en todas las mediciones independientes. En la Gallup-HOY de mayo del 2018, ya el 78 por ciento se pronunciaba por un cambio y el 58 por ciento pedía específicamente que gobernara otro partido. Ahora en la Greenberg el 77 por ciento desea ver el país en un rumbo diferente. Y 72 por ciento cree que el cambio lo representa Abinader. Es relevante que así opina el 75 por ciento de los menores de 30 años.
En la encuesta del Diario Libre resalta que la corrupción aparece como la mayor preocupación de los entrevistados, 45 por ciento, y más del 50 entre los menores de 30 años, seguido del desempleo y la seguridad ciudadana.
Posibilidades de Abinader. Con un discurso moderado, fundado en propuestas de un equipo asesor de alto nivel en las materias básicas de economía, sociología y ciencias políticas, Abinader tiene muchas posibilidades de proseguir atrayendo votantes para alcanzar la presidencia en la primera vuelta. Las ventajas del poder podrían restarle algunos puntos en mayo. Pero parece muy difícil que pueda perder la ventaja de 41 puntos que le acaba de otorgar la encuesta Greenberg para la segunda vuelta en junio frente a su más cercano competidor, que en ese escenario está a 23 puntos del 50 por ciento.
La tendencia es más firme cuando se advierten las dificultades que ha tenido el candidato oficialista Gonzalo Castillo para desplegar sus potencialidades, con una imagen de favorabilidad muy reducida, de apenas 21 por ciento en la Greenberg. Otro factor que le perjudica severamente es que tiene a Leonel Fernández detrás, con 17 por ciento en esta encuesta, solo 7 puntos menos. Las investigaciones indican que solo una minoría de los leonelistas lo favorecerían en la eventual segunda vuelta, al considerar que fue fruto de la imposición del poder estatal, lo que generó la división.
Hasta hace poco a Abinader se le veía con poco carisma y un discurso muy suave, pero ha superado su oratoria y se ha dedicado a formular propuestas sectoriales y pactó con otros 6 partidos y una coalición social unos Lineamientos Básicos para un Gobierno de Regeneración Nacional y sometió a consideración de la sociedad un proyecto de programa de gobierno a punto de quedar fraguado por sus técnicos.
El mismo economista y empresario ha pedido que no lo consideren un predestinado y que mientras aparece un nuevo mesías, lo tomen en consideración a él. No faltan quienes creen que al país le convendría pasar por varios presidentes que no lleguen con la aureola carismática y mesiánica que los impulsa a creerse imprescindibles llaneros solitarios, que en vez de dedicarse a gobernar para resolver los grandes problemas, lo supeditan todo a su “vocación de poder eterno”.
Una gran oportunidad para el PLD. Las elecciones municipales reconvocadas para el próximo día 15 representan una buena oportunidad para que el PLD pueda comenzar a detener la avalancha que parece arrollarlo. Se espera que empleará todo el poder del Estado para ganar en muchos municipios, sobre todo los pequeños y medianos. Tiene 106 de las 158 alcaldías en juego, lo que de entrada le otorga ventajas competitivas, aunque también rechazos.
Su gran ventaja en el 2016 la obtuvo del abuso del poder estatal, y de alianzas con 14 partidos, ahora reducidos. El PLD solo consiguió en sus boletas el 36 por ciento del sufragio municipal. Mientras el PRM con el 24 por ciento, solo obtuvo 30 alcaldías, mostrando vigor en las de mayor población.
Las posibilidades del PLD para retomar aliento, dependerán también del porcentaje que acuda a votar en las municipales, dado el alto rechazo que le arrojan las encuestas. Hasta un 70 por ciento dice que concurriría a las urnas, pero se duda que llegue a esa proporción, que es el promedio en las elecciones presidenciales de las últimas décadas, mientras en las municipales y congresuales separadas fue del 50 por ciento. El colapso de febrero y la desconfianza podrían reducir votantes, pero también generar votos de castigo.

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