Abismo fiscal de Estados Unidos sólo se ha quedado en palabras

<P>Abismo fiscal de Estados Unidos sólo se ha quedado en palabras</P>

WASHINGTON. AP. Cuando el presidente Barack Obama reciba mañana a los líderes del Congreso en la Casa Blanca, una compleja serie de tradiciones poselectorales se habrán completado. Sin embargo la capacidad de un gobierno dividido para enfrentar los problemas económicos del país no es más clara ahora que en los últimos meses.   

Finalmente algo tendrá que suceder en un país donde los votantes están conscientes del estancamiento y del alto nivel de desempleo.   

“Estoy dispuesto a llegar a un compromiso y a escuchar nuevas ideas”, comentó Obama el miércoles en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Destacó la importancia de evitar llegar al “abismo fiscal”, dos males combinados que abarcan el aumento de los impuestos y las reducciones del gasto público al llegar a fin de año.   

El presidente se refirió en reiteradas ocasiones a su derrotado rival republicano Mitt Romney, alegando: “Defendí una postura equilibrada, responsable y parte de eso incluye asegurarme de que los estadounidenses más ricos paguen un poco más”.   

“Por cierto, más votantes estuvieron de acuerdo conmigo sobre este asunto de los que votaron por mí”, agregó recordando a los republicanos que algunos de sus seguidores también están en desacuerdo con la posición del partido.   

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, republicano de Ohio, también expresó su predisposición para asumir una postura bipartidista, refiriéndose al surgimiento de un “espíritu de cooperación” después de las elecciones que podría conducir a un acuerdo.   

Al igual que Obama, ha evitado dar respuestas definitivas a preguntas hipotéticas. “No deseo quedar atrapado en un posición. Ni tampoco deseo atrapar a nadie”, destacó hace poco.   

Sin embargo, al igual que el presidente, Boehner ha establecido una línea de partida previa a las conversaciones. “El aumento de las tasas tributarias es inaceptable”, destacó, refiriéndose a la campaña que ha realizado Obama desde hace mucho para permitir un aumento de los impuestos a las personas que ganan más de 200.00 dólares en el caso de impuestos individuales y 250.000 dólares para las parejas.   

Ambas partes se jactan de hacer concesiones, pero ninguno ha planteado propuestas particularmente novedosas.   

En las negociaciones que estuvieron a punto de concretarse en un acuerdo en el 2011, Obama dijo que estaba dispuesto a hacer recortes considerables a los programas de salud pública como Medicare y Medicaid, provocando la indignación entre los grupos liberales. Mientras que Boehner habló de 800 mil millones de dólares en nuevas fuentes de recaudación, lo que disgustó a los conservadores.   

Las conversaciones al final colapsaron. Ahora, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dice que Obama pedirá hasta 1,6 billones de dólares en nuevos impuestos durante una década cuando se reanuden las conversaciones después de la reunión del viernes por la mañana en la Casa Blanca.   

Se trata de una propuesta inicial y no una exigencia, como parte de la tradición en esas ocasiones al igual que la retórica de ambos sectores.   

———    David Espo cubre noticias sobre política y Congreso para The Associated Press.

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