El director general de Impuestos Internos (DGII), Guarocuya Félix, abogó por modificar las actuales políticas que se implementan para cambiar el crecimiento sin igualdad que tiene la economía.

Afirmó que el país debe converger o ser similar a los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tanto a lo interno como a lo externo, por lo que debe diseñar nuevas estrategias y nuevas políticas públicas diferentes para lograrlo.

Destacó que es fundamental hacer reformas profundas en el mercado de trabajo, como primer pilar para mejorar la productividad total de la economía y la calidad de vida de las personas. La segunda reforma debe ser la del sistema fiscal, tanto en el ingreso como en el gasto.

Indicó que las políticas de empleo, seguridad social y subsidios y transferencias condicionadas son el instrumento fundamental para propiciar equidad en el acceso y en la distribución de los bienes y servicios producidos por la sociedad, para el mayor bienestar de las personas.

El economista dijo que el país ha estado creciendo mucho más rápido que otros países de la región, pero no a la velocidad que requiere el crecimiento de la población económicamente activa.

de pertenencia, constituye uno de los principales desafíos éticos y políticos actuales.
Al participar como conferencista en el HUB Cámara de Comercio de Santo Domingo, con el tema “Converger, ¿con quién? y ¿para qué?, Félix afirmó que en muchos aspectos, el país se encuentra en la media de sus pares latinoamericanos. Sin embargo,

converge hacia los países con peores indicadores en la región.
Félix dijo, además, que actualmente se corre el riesgo de caer en la “trampa del ser un país de ingreso medio”, quedarse atascado en ese nivel de ingreso como zona de confort y no seguir mejorando.

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Bajos ingresos

En la actualidad la República Dominicana tiene un ingreso equivalente a un 36% del promedio del cuarto inferior de la OCDE. Félix explicó que en 2016 el ingreso promedio medido como ingreso nacional neto ajustado per cápita en los países de la OCDE era US$11,133, mientras en el país fue apenas US$4,007.