Aboga por reforma países post-soviéticos

Aboga por reforma países post-soviéticos

Moscú (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, se aferró hoy a la reforma de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), organización post-soviética en plena crisis de identidad, en un intento de evitar su desaparición.

«Debemos crear, en el menor plazo de tiempo posible, un nuevo modelo de integración», declaró Putin en el discurso de clausura de la cumbre de jefes de Estado de la CEI que tuvo lugar hoy en Kazán, capital de Tatarstán.

En opinión de Putin, el nuevo modelo «debe adecuarse tanto a los intereses generales como a los intereses nacionales prioritarios de sus doce miembros».

A pesar de los evidentes achaques de anacronismo, el Kremlin se ha propuesto remozar la estructura de la CEI, organización fundada para reducir el impacto de la desintegración de la Unión Soviética (1991).

«Todos los miembros de la CEI están interesados en preservar esta unión al tiempo que se mejora la efectividad de sus mecanismos de integración», subrayó.

Putin reconoció la existencia de «diferentes visiones» sobre la reforma, por lo que animó a los países miembros a encontrar una «variante comúnmente aceptada».

El jefe del Kremlin recordó que la CEI fue diseñada para «evitar el caos y la descomposición a gran escala tras la desintegración de la URSS».

En cambio, ahora, agregó, «es evidente que el objetivo es poner de relieve la decrepitud moral de las formas y métodos vigentes en esta organización, y trabajar por el acercamiento en línea con las tendencias en el mundo».

Con este objetivo, Putin propuso la creación de un «consejo de sabios», que se encargaría de resolver los problemas relacionados con la reforma y forjar «un nuevo concepto de cooperación» en el seno de la CEI, compuesto «no sólo por funcionarios de los países miembros, sino por representantes de la sociedad civil».

A pesar de que el influyente diario Kommersant titulaba hoy «Reunión antes de la ruptura», el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, negó que se esté cerca del «funeral de la CEI».

«Aquellos que desean una mayor integración, dejan la puerta abierta al resto. No creo que nadie desee establecer relaciones con terceros países en detrimento de Rusia. Esto es imposible debido a la proximidad geográfica y los lazos económicos y culturales», señaló.

Aunque las anteriores cumbres de la CEI frustraron las pocas esperanzas de reforma, esta es la primera a la que los líderes de los países miembros han llegado divididos en bloques claramente definidos.

En el grupo pro ruso los expertos incluyen a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, mientras que en el polo opuesto sitúan a Ucrania, Georgia, Moldavia y, eventualmente, Azerbaiyán.

Kirguizistán, cuyo jefe de Estado, Kurmanbek Bakíev, debutó hoy en una cumbre de la CEI, se perfila como el único indeciso; mientras Turkmenistán se mantiene equidistante, postura confirmada por la ausencia de su presidente vitalicio, Saparmurad Niyázov.

Rusia y sus aliados más próximos acusan a Ucrania, Georgia y Moldavia de alentar «revoluciones de terciopelo» en el resto del espacio post-soviético.

No obstante, el presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, afirmó que el proyecto de crear una «Comunidad de Opción Democrática» con Georgia no se contradice ni supone una «alternativa a la CEI».

En un claro «aviso para navegantes», Rusia advirtió esta semana que no seguirá ejerciendo el papel de donante, ofreciendo energía a bajo precio a países, donde «revoluciones populares» aupan al poder a dirigentes a sueldo de Estados Unidos.

Contra todo pronóstico, se aplazó hasta el próximo año la elección del nuevo jefe del consejo de jefes de Estado de la CEI, al que aspiraba el presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev.

En su lugar, se decidió presentar la candidatura de su país a la presidencia de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) para 2009.

«No es una cuestión de ambición. Queremos mostrar Kazajistán a todo el mundo. Para la OSCE también es importante, ya que ninguna república ex soviética ha ejercido la presidencia», aseguró Nazarbáyev.

Durante la cumbre se firmó un acuerdo de cooperación sobre ayuda humanitaria y una declaración dirigida a toda la sociedad internacional para llamar la atención sobre «el 20 aniversario de la catástrofe nuclear de la central ucraniana de Chernobil».

Además, se sellaron varios documentos sobre cooperación militar hasta 2010, política fronteriza, lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal.

Los doce miembros de esta organización, que acoge a todas las repúblicas ex soviéticas menos las tres bálticas, decidieron celebrar la próxima cumbre de jefes de Estado en la capital de Bielorrusia, Minsk, uno de los principales adalides de la CEI.

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