Aboga por relaciones con China

Aboga por relaciones con China

CIUDAD DEL VATICANO,  (EFE).- El papa Benedicto XVI desea restablecer las relaciones diplomáticas con China, lo que supondría, según el Vaticano, trasladar la Nunciatura de Taipei a Pekín, pide el respeto de la libertad religiosa y aboga por un acuerdo con el Gobierno chino para el nombramiento de los obispos.

Benedicto XVI así lo señala en la carta que ha escrito a los católicos chinos, publicada ayer por el Vaticano, en la que reafirma “su amor y cercanía” hacia la comunidad católica de China perseguida por el régimen comunista desde hace más de medio siglo. En la misiva, de 54 páginas, el Pontífice exige libertad religiosa, precisando que la “clandestinidad no está contemplada en la normalidad de la vida de la Iglesia y sólo se recurre a ella cuando hay que mantener íntegra la fe».

El papa Ratzinger en el documento más importante que ha escrito hasta ahora sobre China resalta los sufrimientos que han padecido los católicos en ese país y muestra su “desconcierto” ante “las graves dificultades, incomprensiones y hostilidades que aún hoy sufre la Iglesia». Aunque el texto va dirigido a los católicos, en el mismo envía un mensaje a las autoridades comunistas, a las que tiende la mano y expresa la disponibilidad a proseguir por el camino del diálogo “para superar las incomprensiones del pasado “y se pueda trabajar juntos para el bien del pueblo chino y de la paz en el mundo». “Sé que la normalización de las relaciones con la República Popular China necesitan tiempo. La Santa Sede estará siempre disponible a las negociaciones”, escribió el Papa, que añadió que el Vaticano siempre es “respetuoso con las autoridades legítimas” de los países y “no pretende interferir en los asuntos internos». En esas palabras vieron los observadores vaticanos la respuesta a una de las acusaciones que hacen las autoridades chinas.

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