POR JUAN MARIA RAMIREZ
El congreso internacional “Creando Sinergias entre migración y desarrollo” concluyó ayer destacando la necesidad de la implementación de una política migratoria en el país, que tome en cuenta no sólo a los que llegan, sino también a los que salen en busca de mejor suerte.

En el evento, que se desarrolló en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), se consideró como una bomba de tiempo que podría estallar en cualquier momento, la inexistencia de una política migratoria que regule el flujo de personas.

Los panelistas que expusieron al final del evento advirtieron que esta política tiene que ser el fruto de acuerdos multilaterales y regionales.

En la conclusión disertaron Berta Fernández, de la oficina regional en Washington de la Organización Internacional de Migración, OIM; Niky Fabiancíc, coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en la República Dominicana; Rubén Silié, secretario general de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y Rosario Graciano de los Santos, subsecretaria de Relaciones Exteriores.

El congreso destacó la urgencia de integrar en los planes de desarrollo a los dominicanos residentes en el exterior.

Silié propuso que en cada uno de los esquemas de integración el tema migratorio sea prioritario, tras señalar que todas las economías del “Gran Caribe” están atadas a ese proceso.

Aclaró que se trata, no solamente de la condición humana del inmigrante, ya que más de 15 países del área dependen del flujo migratorio, unos porque reciben y otros porque pierden los créditos y viven de las remesas.

Expuso que los procesos de ingresos, regulación y retorno de migrantes no pueden ser manejados de manera unilateral, por los que los organismos multilaterales tienen que jugar un papel fundamental en la implementación de esa política.

En cambio, Fabiancic mostró la disposición de ese organismo de cooperar en la creación y fortalecimiento de estructuras nacionales e internacionales, públicas y privadas, con el objetivo de ayudar a un mejor bienestar de los migrantes, tanto en los países emisores como en los receptores.

Precisó que un objetivo clave de la cooperación del sistema de la ONU es prestar asistencia práctica para construir instituciones, mecanismos y redes, nacionales y regionales, que promuevan el respeto por los derechos humanos.

Definió como “muy preocupante” que la República Dominicana no cuente con una política migratoria clara que se aplique al pie de la letra.

Advirtió que la falta de una política migratoria es como tener “una bomba de tiempo entre las manos”, por lo que sugirió poner la máxima energía para desactivarla lo antes posible.

Aprovechó para exhortar a todos los sectores dominicanos a reflexionar y actuar con rapidez en la materia, al entender que cada día que pasa el problema se torna más difícil de resolver.

Sostuvo que una migración desordenada, como la que existe en República Dominicana, constituye un freno al desarrollo, y por el contrario, si existe un orden en ese sentido contribuiría en el avance.

De su lado, Graciano de los Santos estimó que la política migratoria debe ser coordinada y planificada a través de la cooperación internacional.

Dijo que la presente gestión procura fortalecer e institucionalizar la relación entre la diáspora, el Estado y la sociedad dominicana mediante investigaciones rigurosas y proyectos de intercambio para lograr migrantes comprometidos con el desarrollo del país donde residen y de la República Dominicana.