JIMANI.  Una veintena de organizaciones de la sociedad civil y de representantes de  los gobiernos locales de las comunidades asentadas en torno al lago Enriquillo abogaron por el aprovechamiento de las  posibilidades del turismo ambiental y cultural que tendría la cuenca del Enriquillo.

La idea surgió en un encuentro celebrado en esta comunidad para abordar los problemas generados por la crecida de los lagos Enriquillo, dominicano, y Azuei, haitiano.

Recientemente se efectuó en la iglesia católica de Jimaní una reunión dirigida a articular una estrategia conjunta para la búsqueda de alternativas a las afectaciones de los lagos Azuei y Enriquillo, así como de la laguna Cabral, y crear una comisión de seguimiento en las comunidades.

Tras una presentación de informes de la situación de cada comunidad y las acciones adoptadas, los participantes discutieron los contenidos de algunos estudios realizados y adoptaron las pautas generales de un programa de incidencia y comunicación.

En  un principio, el programa irá dirigido a informar a la sociedad y al Estado la situación existente, levantar un censo fiable de damnificados y establecer un cronograma de acciones dirigidas a estos fines.

Es vital, según  los participantes, avanzar tanto en la  emergencia como en la dirección del desarrollo, atendiendo a las nuevas oportunidades que se crean en la región.

Los asistentes al foro eligieron un comité de seguimiento y coordinación, que deberá encauzar el trabajo hasta la celebración de un congreso que formalice la alianza y elija una directiva.

El encuentro fue apoyado por Visión Mundial, Centro Bonó, Progressio y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).