Abono para las malas artes

Abono para  las malas artes

Poner a la vista del país las posesiones cuando es por mandato de ley, no debería ser acto al que se resistan personas favorecidas con una designación en el Estado. Pero aquí todavía hay más de dos mil funcionarios gubernamentales que no han presentado declaración jurada de patrimonio, aún a sabiendas de que cometen una falta. Se trata de una disposición que debe ser cumplida al asumir y al abandonar la función pública de que se trate.
En este punto hay que llover sobre mojado. El endeble régimen de consecuencias estimula violaciones de reglas que tienen por objeto resguardar de manejo impropio los bienes del Estado. Condenar a alguien al pago de sumas risibles, equivalentes a tantos o cuantos salarios mínimos, es una forma de estimular la violación de las reglas. En este pecado se juntan mansos y cimarrones, unos que por simple haraganería no declaran sus bienes, y otros que los ocultan por no poder justificarlos.
Cuando se predica transparencia sin adoptar las medidas que garanticen pulcritud en el manejo de los recursos del Estado, se fertiliza el terreno en que germinan las malas artes. El despido automático debería ser la sanción a aplicar a quienes omitan la declaración jurada de bienes al asumir una función y la investigación de sus posesiones al dejar el cargo, pero nadie ha querido cargar con los costos políticos de la ética.

Un canto contra  tanta violencia

La iniciativa de los artistas Héctor Acosta (El Torito) y Sergio Vargas, de unir sus voces en una grabación contra la violencia y por la dominicanidad, es un gesto que debería contagiar a nuestra farándula. Ahora mismo lo que más necesita el país es promover el respeto de la vida y los más sanos valores, fomentar la paz y recuperar todos los espacios que el miedo y la tensión nos han robado. Esta debería ser la tónica de una cruzada por la salud espiritual de un pueblo que tiene que vivir tras rejas para resguardarse de la delincuencia.
La iniciativa por la paz y el respeto debería calar lo suficiente como para hacer cambiar los patrones que hacen que algunos solo se sientan bien estando borrachos, armados y con cuartos. Acompañemos con entusiasmo al Torito y a Sergio en esta excelente idea por el respeto y la paz.

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