Aborda alcance de negociación del DR-CAFTA

<p>Aborda alcance de negociación del DR-CAFTA</p>

Aclaraciones sobre el DR-CAFTA, contenidas en el Anexo II del libro  la Intrahistoria del DR-CAFTA, de la licenciada Sonia Guzmán de Hernández.
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Explicaciones de Hugo Rivera Fernández, Segundo Jefe de negociación del DR-CAFTA,  coordinador de los equipos técnicos de negociación del DR-CAFTA   y subsecretario de Estado de Industria y Comercio (2000-2004),  encargado del  Comercio Exterior de Doña Sonia Guzmán de Hernández:

La negociación de un acuerdo comercial con los Estados suscitó una estructuración de fuerzas internas  que se organizaron,  con el fin de desacreditar, con grandes falsedades, un proceso trascendental,  con campañas publicitarias que crearon gran  distorsión, en algunos casos, con trasfondo políticos.  En otros, fueron motivadas por desconocimiento, miedo a los cambios, intereses económicos e ideologías heredadas de  la época de la guerra fría.  Estratégicamente,  un sector importante se puso de acuerdo con un discurso basado en grandes falsedades como:

1- Que el DR-CAFTA se negoció en tres rondas.

La Republica Dominicana,  desde el año 1994,  se encuentra dentro de un proceso de negociación hemisférico,  donde participan 34 naciones de América.  Este proceso se realiza en las negociaciones del acuerdo ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)  que incluyeron  a los Estados Unidos y 33 países del hemisferio.  Tuve la oportunidad de participar en este proceso como coordinador principal de la República Dominicana, desde el año 2000-2002, hasta que el Poder Ejecutivo responsabilizó a la Cancillería de las negociaciones comerciales del país. 

A partir de 2002,  nuestro país consideró como muy importante adelantar, de forma bilateral, negociaciones comerciales con los Estados Unidos, por ser este país nuestro mercado más importante. Llegamos a negociar en el ALCA listas de productos sumando este trabajo adelantado a la posterior negociación del DR-CAFTA.  Por otro lado, Estados Unidos decide lanzar, paralelamente al ALCA, las negociaciones del CAFTA con los países de Centroamérica, excluyendo a la Republica Dominicana quien al principio estuvo incluida en el proceso de consultas.

En vista de ese  desenlace,  se diseñó,  en la Secretaría de Estado de Industria y Comercio, una estrategia con el propósito de que la Republica Dominicana utilizara un foro de discusión con los Estados Unidos,  a través del Consejo de Comercio e Inversión, (Trade and Investment Council, TIC).  Se realizaron seis rondas de intercambios, de octubre del año 2002 hasta octubre de 2003, para lo cual se hicieron consultas con el sector productivo privado.  

Por otra parte, habiéndose concertado entre Estados Unidos y Chile un acuerdo de libre comercio,  ese texto se sometió al estudio y análisis de un equipo de expertos, con las instrucciones de medir el impacto y convergencia del texto del TLC Estados Unidos-Chile con los intereses de la República Dominicana y también se analizó a fondo el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.  Los resultados de esos diagnósticos están en los archivos de la SEIC, y facilitaron  la creación de una buena base de negociación. Luego se realizaron las tres rondas formales en los tres primeros meses de 2004,  las cuales,  junto con las reuniones informales del TIC, sumaron varios años de trabajo.

Comparado con Centroamérica:

Centroamérica está constituida por cinco países con economías y criterios diferentes y todos participaron en nueve rondas con los Estados Unidos. Si se distribuyen las rondas por países, esto significaría dos por país, o sea que resultó muy ventajoso para la República Dominicana la negociación directa con los Estados Unidos, por tratarse de una sola nación.

Comparado con Chile:

Chile tuvo un largo proceso de negociación con los Estados Unidos,  pero no es correcto decir que  duró diez años,  ya que el Congreso de los Estados Unidos no había aprobado la legislación de vía rápida (Fast Trak). Esa situación impidió el avance de las conversaciones entre Chile y Estados Unidos, y en realidad hizo que Chile tuviera pocas rondas formales de negociación con los Estados Unidos. Recuerdo que en una reunión,  donde asistieron los principales funcionarios del Gobierno dominicano,  con el embajador de Chile, durante el año 2005, el embajador Rosales, en presencia del presidente Leonel Fernández, comentó que se realizaron dos o tres las rondas formales con los Estados Unidos.  Por eso puedo afirmar que es totalmente falsa la tesis de los 10 años y que es algo que se ha exagerado públicamente.

2- Que el resultado de las negociaciones fue una adhesión de Republica Dominicana  al CAFTA y que no se negoció.

 Los acuerdos de libre comercio obedecen a disciplinas heredadas de los avances de la Organización Mundial de Comercio,  que agrupa a más de 100 países,  cuyos resultados en lo que llama ronda de negociaciones multilaterales se aplican a todos los países y no se trata de una adhesión, implica arreglos con los países que tienen interés substancial. Los acuerdos bilaterales o regionales de libre comercio surgieron con características más limitadas, constituyendo originalmente los acuerdos de primera generación y han evolucionado hasta encontrarnos en la actualidad con acuerdos de sexta generación,  en los cuales los textos y disciplinas incluyen ya temas laborales y de medio ambiente y  contrataciones públicas, que en anteriores acuerdos no se incluían. 

Si se analizan los textos de los acuerdos que la Republica Dominicana tiene en vigor con Centroamérica y el CARICOM, resulta evidente que son muy parecidos, al ser de la misma generación de acuerdos. Si se analizan el NAFTA (Tratado de Libre Comercio Canadá-México-Estados Unidos) y el TLC Chile-Estados Unidos, es posible darse cuenta de que el TLC de Chile es más avanzado,  en el sentido de que incorpora mayores flexibilidades en cuanto a reglas de origen y tiene un más amplio alcance de temas.

Fui el autor de una nueva propuesta para reiniciar el proceso de negociación con Estados Unidos, que se había estancado por las razones expuestas anteriormente, y que se diseñó y materializó,  conjuntamente con el doctor Manuel Díaz Franjul, quien a principios de 2002 prestaba servicios de asesor en el Departamento de Comercio Exterior, en la SEIC. Esto implicó consultas con sectores del Gobierno de los  Estados Unidos.

La estrategia luego se le presentó al entonces secretario de la SEIC, licenciado Hugo Gulliani Cury, quien a su vez la transmitió privadamente, sin mi presencia, al presidente Hipólito Mejia, cuando le trató lo que se conoce como docking, o abordaje, probablemente dentro de las estrategias del presidente muy atinadas,  provocó el nombramiento del licenciado Guilliani como embajador de la República Dominicana ante los Estados Unidos. En esos momentos,  a nivel de Gobierno existían corrientes, unas a favor y otras en contra, por lo que fue necesario mantener las conversaciones informales con funcionarios de Estados Unidos, de manera confidencial. Los principales focos de oposición se encontraban en la Secretaria Estado de Relaciones Exteriores y otros sectores gubernamentales.

El docking  es algo único y novedoso en la historia comercial de Los Estados Unidos.  Se materializo por medio de una estrategia,  que tuvo como primer paso el envió de una  carta de presidente a presidente,  firmada por entonces presidente Hipólito Mejia  y aceptada por el presidente de los Estados Unidos,  George Bush. En esta comunicación, República Dominicana reconocía la imposibilidad ingresar a la mesa de negociaciones con Centroamérica (CAFTA) y proponía  llevar un proceso paralelo de negociaciones,  de manera bilateral  con los Estados Unidos,  y luego incorporar ambos procesos para su envío y entrada en vigencia de forma conjunta. Fue una propuesta que salvó millones de dólares en inversiones y empleos en nuestro país.

La palabra docking no tuvo un concepto limitante en su aplicación, en este caso, en cuanto el proceso de negociación que se iniciaría con los Estados Unidos. Fue una justificación para lograr un amplio margen de acción y abrir así un proceso bilateral con Estados Unidos. No obstante,  la estructura de negociación que existía entre dicho país y Centroamérica, y este artificio lingüístico,  con ningún significado sacramental, fue una estrategia sumamente exitosa en ese momento.

Es una falta de respeto a más de 200 profesionales expertos en diferentes disciplinas, y también al centenar de personas del sector privado  que trabajaron en las negociaciones del TLC,  afirmar que no hubo una verdadera negociación, en el caso del  Acuerdo de Libre Comercio entre República Dominicana y Estados Unidos, y luego entre República Dominicana y los países centroamericanos para finalmente llegar al DR-CAFTA.

Cualquier persona con conocimientos muy elementales de comercio, con sólo leer el acuerdo se puede  dar cuenta de que la Republica Dominicana negoció un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, producto por producto y que se tomaron en cuenta todas las legislaciones y las áreas productivas y de servicios de sensibilidad nacionales. Los temas que fueron  discutidos, uno a uno, con el mayor cuidado y detalle.  No se puede negar que por aspectos de temas de negociaciones para los Estados Unidos algunas disciplinas no tenían el mismo margen que otras. También dependía mucho de las destrezas de las mesas negociadoras. Esta misma situación sucedió en NAFTA, en Chile, en el Pacto Andino y en otras negociaciones de distintos acuerdos.

Que no se hicieron los estudios de impactos

Afirmar esto es sorprendente y demuestra una clara ignorancia sobre el tema. Cuando existe un proceso de negociación no se pueden realizar los estudios de impacto porque no se tienen los resultados de la misma.  Nuestras funciones cesaron 16 de agosto de 2004 y el acuerdo se firmo el día 5 de agosto de ese mismo año,  por lo que no se nos puede enrostrar estas responsabilidades.  Sin embargo,  si se pueden hacer estudios de escenarios,  que indican cuál sería el mejor dentro de un proceso de negociación.

 Estos estudios se realizaron para los principales sectores y empresas del país. Algunos fueron financiados por el Gobierno y organismos internacionales,  pero la mayoría fueron realizados por las propias empresas y las asociaciones empresariales.  En mi archivo tengo copias de decenas de estudios,  cuyos originales descansan en la Secretaria de Industria y Comercio. Lo sorprendente es que muchos de esos estudios fueron realizados por personas que anteriormente pertenecían al sector privado y ahora están en el Gobierno y ellas mismas  se silencian y, como parte de un esquema,  niegan la existencia de los mismos.

Entiendo que por delicadeza, ya que cada investigación contiene informaciones confidenciales de las empresas, no se pueden hacer públicos los estudios, pero sí se hicieron y es una falsa decirle al país que no se han hecho. Además, el Gobierno encargó por medio de una firma europea tres estudios formales de impacto.  Estos se realizaron en las áreas textil,  fuera de zonas francas, calzados y muebles y en  el sector farmacéutico,  por las grandes sensibilidades que tienen estas áreas. Estos estudios son públicos y están actualmente en las páginas de internet del Plan Nacional de Competitividad y del CEI-RD.

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