El médico fisiatra prescribirá estudios de imágenes, que podrían ser solo radiografías o en casos muy puntuales tomografías
El médico fisiatra o rehabilitador hará una historia clínica completa, así como un examen físico general, incluyendo pruebas funcionales que puedan determinar no solo el diagnóstico, sino también el grado de discapacidad que esté generando la condición.
Esto último, relacionado con la limitación en las actividades y la restricción en la participación, así como los factores contextuales como acceso a servicios de salud y barreras arquitectónicas que podrían incidir en la discapacidad del paciente relacionado con la OA.
Posteriormente, el médico fisiatra prescribirá estudios de imágenes, que podrían ser solo radiografías o en casos muy puntuales tomografías o resonancias magnéticas para poder valorar con más detalle la articulación, o en su defecto lesiones asociadas.
Teniendo en cuenta siempre la información conocida y ampliamente documentada, que particularmente las resonancias magnéticas podrían arrojar hallazgos patológicos en pacientes sin síntomas, que deben ser interpretados en función del paciente, y no incurrir en procedimientos innecesarios que podrían ponerlo en riesgo.
Una vez evaluado, se define un plan de manejo que podría consistir en medicación oral o infiltrada de manera local en la articulación involucrada, prescripción de ortesis o ayudas técnicas, prescripción de programas de terapia física, acuática u ocupacional dependiendo del caso, y uso de otros métodos como la viscosuplementación, proloterapia o inyecciones de plasma rico en plaquetas.