¡Aborto! Otra vez el tema irrumpe en la llamada opinión pública y el derecho a que haya una brecha para la libertad de decidir si en los casos en que un embarazo implique un riesgo para la vida de la madre, que sea producto de una violación sexual e incesto o se diagnostique una malformación fetal incompatible con la vida fuera del útero, la mujer decida si continuar o no el embarazo. De eso se trata esta discusión.
Como siempre, el tratar estos temas abre brecha para manipulaciones y distorsiones, como es la difusión de la idea de que se está propugnando por el aborto de manera desmedida e irresponsable.
Muestra de que este no es el fin, es que los sectores que abogan por la despenalización de la interrupción del embarazo, en las fatídicas circunstancias antes citadas, son los mismos que por años han venido reclamando educación sexual y acceso a métodos anticonceptivos y de planificación familiar, que conllevarían un ejercicio más responsable de los derechos sexuales y reproductivos.
Vale mencionar que en República Dominicana la mayoría de la población está de acuerdo con que la ley no obligue a las mujeres a parir en los casos que implica poner su vida en riesgo, sino que haya la libertad de decidir. Así lo recogen diversas encuestas y es un factor que, en el marco de una sociedad democrática, debería contar.
En esta coyuntura la sociedad civil ha hecho su parte, elevando su voz a través de de demandas y manifestaciones.
Ahora la pelota está en la cancha de Luis Abinader y Danilo Medina. El primero deberá demostrar que lidera un partido, el PRM, que de verdad está comprometido con una administración de poder diferente, con hacer oposición y ser auténticamente moderno, lo que está en entredicho por el apoyo que sus actuales diputados dieron al Código que penaliza el aborto.
El segundo, el Presidente, debe hacer constar que su interés en dominar el Congreso no era sólo para su beneficio personal (para imponer su reelección y otros demonios), y que aquella ocasión, en noviembre del 2014, cuando devolvió a la Cámara de Diputados el proyecto del Código Penal por no contemplar las excepciones en la penalización del aborto, lo hizo producto de un interés real en la vida y salud de las mujeres dominicanas y no pensando sólo en su “popularidad”. Los dos deberán demostrar de qué madera están hechos.
En la pasada campaña ambos “líderes” le hicieron decenas de promesas a las mujeres dominicanas. Ahora llegó la hora de cumplir, de “hacer lo que nunca se ha hecho” y demostrar que “el cambio va” y tiene “nuevas caras”.