Las puertas, ignoradas durante casi todo el año, se visten con sus mejores galas durante la época de Navidad. Aún en los hogares en los que la decoración es mínima y ni siquiera ponen el árbol, se coloca al menos un detalle a la entrada como forma de abrirse a las emociones y positividad que se respira en esta temporada.

La idea es no dejar pasar la ocasión para que la entrada de la casa -u oficina- logre llamar la atención y, en cierta forma, abrirles la puerta a los buenos deseos de fin de año. Poner la puerta a tono para las fiestas no es nada difícil y, aunque es una simple y limitada superficie rectangular, hay múltiples ideas para explotar.

Las coronas son casi siempre la primera opción y las hay muy hermosas, pero puedes darle un giro: con tres aros de ramas secas de diferentes colores puedes armar una figura de muñeco de nieve. Le atas tela en forma de bufanda, luego le colocas un sombrero y ya tendrás un llamativo y económico detalle decorativo.

Antes de clavar el clavo para la corona, ¿te acuerdas que el llavín también se puede decorar? En esta parte de la puerta puedes colocar toda clase de acentos: cintas, cascabeles, una linda muñeca de trapo con colores navideños… lo que se le ocurra, pero manteniendo siempre el buen gusto.

Al pie de la puerta puede también colocar cajas forradas con papel de regalo, macetas decoradas con bolas navideñas… o incluso un macetero en forma de “burrito sabanero”, excelente para colocar flores de pascua.