La historia del arte se hace en base a una abstracción. Se seleccionan determinados criterios o autores para tratar de explicar una propuesta estética en un contexto artístico y social. Esta abstracción se justifica por necesidad pedagógica. Sin embargo, todo conocimiento del campo del arte –incluso cada autor, artista o pintor– constituye un mundo singular imposible de ser reducido exclusivamente al contexto.

Realmente los movimientos artísticos son múltiples, variados y hasta armónicamente contradictorios.  No sólo los artistas de la tela y del pincel plasman concepciones pictóricas diferentes, sino que en un mismo artista se pueden encontrar aristas y ángulos diferentes.

La parte y el todo, un todo que es más que la suma de las partes, es la esencia de la magia de lo gregario, de lo compuesto, sea social o natural.  Simultáneamente con el criterio central de esta exposición la abstracción –el fragmento que reconstituye una forma para permitir un mayor espectro de significación– está la participación de artistas de muy diversos estilos, perspectivas y generaciones.

Rosa Sánchez, Germán Ricardo, Mayra Ubiera, Mirtha Gómez, Ingrid Mercedes, Celina Inés Fortuna, Leidy Turbí, Altagracia Peguero, Josefa Zapata, Julia Polanco, Sarah Perelló, Carmen Chez y Julio César Abréu intentan en esta exposición llamada “Fragmentum” formar un rompecabezas de expresiones abiertas cuyas partes no deben verse aisladas, sino como fragmentos que estallan en un universo único y diverso.

Es una experiencia conjunta, no una visión fija.  Para el disfrute estético es fundamental la imaginación y el libre albedrío.