EFE. Reportejes. Del más escueto short al mono completo, del pantalón ancho con talle alto al pitillo, de la minifalda más sexy al vestido largo o midi. El Prêt-à-Porter de París para la próxima temporada estival ofrece a la mujer la más absoluta libertad.

Libertad en el terreno de las formas, donde todo será posible, como en el color, el estampado o las materias primas; del ante y el cuero a la seda, las muselinas o las puntillas.

Texturas a menudo utilizadas en conjuntos monocolores, pero también bicolores, multicolores, o estampados de flores, grafismos y pieles de animales que, para las ocasiones más especiales, se bordarán de plumas, cristales y pedrería.

Shorts y minifaldas; blusas drapeadas, escotadas o transparentes, estampadas como pañuelos o construidas sobre cuero; y pantalones anchos y largos entallados en la cintura, con pliegues o rectos, estrechos y ajustados por encima de los tobillos, son algunas de las constantes del verano 2011, presentadas en la Semana de la Moda de París.

Con total agilidad, el mono completo saltó de una pasarela a otra, estampado o monocolor, al igual que vestidos y faldas de todos los largos y chaquetas igualmente variadas, asimétricas o drapeadas, entalladas y superfemeninas, o de estilo masculino.

Del blanco al color.  Entre abundantes conjuntos blancos y negros, en desfiles como los de Chanel, Viktor And Rolf o Dries Van Noten, se esparcieron por París múltiples paletas.

De los colores más vivos y festivos de Christian Dior, a los más suaves, casi ligeramente desteñidos, de Elie Saab, particular amante del gris ahumado, celeste y albaricoque; a los verdes amarillos y naranjas psicodélicos combinados con negro de Yohi Yamamoto.