Abuelos y nietos disfrutan en Disney World

Abuelos y nietos disfrutan en Disney World

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
No creía, que en la década de los 70 de nuestras vidas, mi esposa y yo nos cautivaría, junto con los nietos, disfrutar de las instalaciones gigantescas del mundo maravilloso de los atractivos parques temáticos que circundan la ciudad de Orlando, en Estados Unidos, que atraen a millones de personas en especial niños, a disfrutar por lo menos en una semana las tantas atracciones de diversión, enseñanza y cultura para afianzar la convivencia humana.

Los parques temáticos de la zona, que ocupan millones de metros cuadrados en un área notablemente espaciosa y en proceso de más atracciones para el futuro cercano, reciben diariamente a millares de visitantes, que en organizados recorridos nos permiten, desde las enormes playas de estacionamiento arribar a las entradas de los parques temáticos en cómodos trenes e iniciar un día de revivir recuerdos de nuestra visita de hace 27 años con nuestro hijo, y ahora con los últimos tres nietos e hijos de nuestra hija menor.

Tanto las instalaciones de la compañía Disney (Magic Kingdom, Epcot, Animal Kingdom, MGM, etc.) como los de la  Universal, Sea World así como el Bush Garden en la cercana Tampa, aseguran al visitante y en especial a los niños un disfrute pleno, donde la adrenalina se les dispara a todos cuando se ven lanzados a velocidades vertiginosas en arriesgadas montañas rusas, diseñadas en trazados helicoidales increíbles, donde la sensación de vacío nos arropa al vernos indefensos en esos juegos llenos de atracciones internas, mientras se prepara al usuario para verse lanzado en atrevidas pendientes para caer por lo general en un estanque de agua. Esto es lo que más abunda en esos parques.

Aparte de la necesaria y reconfortante actividad de interactuar con los nietos, hay varias observaciones muy interesantes en torno a lo que se ve en el trajinar de esos parques de Orlando. Primero, es el intenso tráfico aéreo del aeropuerto internacional que crece constantemente; luego está la presencia, como empleados en los parques, de cientos de envejecientes que sin duda residen ya retirados en el estado de la Florida y encuentran una actividad útil en los parques, en las labores más diversas. Asimismo se nota de cómo, con los atractivos de los parques, se ha desarrollado una tremenda actividad de los restaurantes en que la mayoría son de comida rápida, pero hay más especializados en determinados parques como en Epcot. Aquí, en el sector reservado para las naciones como Méjico, China, Noruega, Inglaterra, Japón, Canadá, Alemania, Francia, se ofrecen sus más variados platos, aparte de disponer de surtidas tiendas de efectos de esos países que son el atractivo de los visitantes.

Lo más llamativo de la enorme masa humana que frecuenta cada día esos parques es la presencia de tantas personas obesas, que quizás en un 50% del total de visitantes diarios, sufren de ese desorden corporal, lo cual tiene muy preocupados a los profesionales norteamericanos, así como los estrategas de la política de esa gran nación, que podrían verla colapsar si esa tendencia no se revierte en pocos años.

Compartir con mis tres nietos más pequeños produce un torbellino de sentimientos variados que van desde la ternura con que se les tratan hasta impacientarnos cuando las travesuras propias de la edad van más allá de la paciencia de un envejeciente, lo cual es normal, pero queda la satisfacción de ver a esos pequeños maravillándose de un recorrido por los hábitat de los animales más conocidos, desde gorilas hasta elefantes, tigres y murciélagos gigantes con alas que se extienden más de cinco pies. Así, esos niños acompañados de sus padres y nosotros, aprendimos muchas cosas que ya estaban olvidadas para volver a recrear las maravillas que encierra nuestro planeta. Todo acompañado de una batería de juegos de los más modernos que atraen cerca de 70 millones de visitantes al año, que inundan la parte central de la Florida que con un notable crecimiento en construcción de hoteles, plazas, apartamentos, negocios de los más diversos y de nuevas atracciones como la de Harry Porter, que estará abierta al público en el 2009.

Nietos y abuelos se atraen en el marco de tantas atracciones, ya que al disfrutarlas por ser tan interesantes con juegos que encierran riesgos por lo emocionante de sus efectos, contribuye a que la comunicación, que a veces no se tuvo con los hijos, con los nietos sea parte fundamental para su crecimiento. Es una de las mejores condiciones ese marco de la diversión, que es costosa, pero si se quiere se puede ambientar esa inter-actuación de abuelos y nietos en los miradores capitaleños, que sin tener esas maravillas mecánicas de Orlando, permite un acercamiento más sosegado al compartir actividades donde se desarrollen las destrezas y mentes de los nietos, en que la influencia de los abuelos es fundamental para su desarrollo en la juventud.

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