Abundan estrategias para hacer frente al pantano iraquí

<p>Abundan estrategias para hacer frente al pantano iraquí</p>

NUEVA YORK.– ¿Los militares estadounidenses pueden salvar a Irak de la guerra civil total?

Esa pregunta divide profundamente a quienes ofrecen estrategias para Irak. Y abundan, oficialmente y más allá.

Quienes creen que aún hay tiempo para que las fuerzas estadounidenses eviten el caos quieren mantener los niveles de tropas como están, o enviar más soldados. Otros, convencidos de que la violencia está más allá del control de los militares estadounidenses, quieren que las tropas empiecen a partir, dando la responsabilidad de poner fin al conflicto al gobierno y el pueblo de Irak.

La presión sobre el gobierno estadounidense para que mejore la situación parece intensificarse diariamente. La semana pasada, Naciones Unidas dijo que octubre fue el mes más sangriento desde que empezó la invasión encabezada por Estados Unidos, con 3,709 iraquíes muertos. El día de ese anuncio, se encontraron 52 cuerpos sólo en Bagdad.

Un día después, la capital se vio convulsionada por su peor ataque sectario de la guerra, una serie de autos bomba coordinados en el vasto distrito chiita de Ciudad Sadr. Más de 200 personas murieron; siguieron rápidamente actos de represalia.

La presión interna de todos los círculos crece con la carnicería. En menos de seis semanas, los demócratas regirán en el Capitolio, llevados al poder en gran medida por la ira pública por la guerra. Pero los resultados electorales no cambiarán la autoridad por la política militar. En teoría, el Congreso presionará al presidente reteniendo dinero para pagar la guerra, pero líderes demócratas han dicho que no lo harán. El Presidente Bush continuará determinando el rumbo de la guerra.

Mientras Bush espera las conclusiones del Grupo de Estudio sobre Irak, el consejo bipartidista encargado de evaluar la estrategia de guerra, se desarrolla un debate nacional. Lo que sigue son algunos de los principales planes rivales para estabilizar a Irak según los defienden políticos, ex funcionarios y otros.

Algunos son optimistas: El general John P. Abizaid, el máximo comandante estadounidense en Medio Oriente, argumentó ante el Congreso en favor de seguir la política del gobierno de Bush, con ajustes en lo necesario. (Pero añadió que el tiempo es breve, sólo quedan de cuatro a seis meses para calmar a Irak.)

Henry A. Kissinger, ex secretario de estado, ofreció una opinión mucho más sombría, sugiriendo en una entrevista con BBC transmitida la semana pasada que un éxito militar general en Irak ya no era posible.

Muchos están esperando las recomendaciones del Grupo de Estudio sobre Irak, que es encabezado por el ex secretario de Estado, James A. Baker III, y un ex congresista demócrata, Lee Hamilton. Se espera que el grupo emita su informe el mes próximo.

Mientras tanto, se acumulan los hitos sombríos. Este domingo, los combates estadounidenses en Irak exceden el tiempo del involucramiento estadounidense en la Segunda Guerra Mundial.

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