Abundan los riesgos en el 2014; es el año de la “limitación”

Abundan los riesgos en el 2014; es el año de la “limitación”

El 2014 es el año de la “limitación”. Al proyectar un calendario para reducir nuevamente su tercera ronda de estímulo monetario a partir de enero, la Reserva Federal de EEUU cree que la mayor economía del mundo está lo suficientemente fuerte como para retirar lentamente el soporte vital.

Esto tiene implicaciones en todo el mundo. Si todo va de acuerdo a lo previsto, la demanda más fuerte de EEUU va a distender la holgura en la economía mundial y absorberá las exportaciones de todo el mundo.

Pero hay peligros potenciales. Para algunas economías emergentes cualquier reversión de los flujos de capital expone aún más la necesidad de que las reformas van a estar renuentes a realizarse durante los años de elecciones.

Un riesgo más grande aquí puede ser el de una espontánea agitación política. En el último mes, las protestas antigubernamentales se han suscitado en las calles de Ucrania, Tailandia y Turquía y en muchos países, los votantes de clase media están cada vez más dispuestos a expresar su descontento por los precios más altos, el estancamiento de los ingresos, la represión política y la corrupción.

La recuperación de la zona euro a lo mejor es frágil y es fuerte el escepticismo sobre el ritmo de la reforma en las grandes economías como Francia e Italia.

Tanto en el bloque monetario como en EEUU, hay presiones deflacionarias ya que los salarios están estancados, incluso si la actividad está observando un repunte. Todo esto, mientras la incertidumbre sobre a qué reformas Beijing dará prioridad y lo que eso significa para el crecimiento de China, hará que el 2014 sea un año con un montón de obstáculos económicos para negociar.

¿Cómo se espera que se desarrollen las cinco grandes potencias económicas?

El crecimiento de EEUU a punto de elevarse. Por los últimos cuatro años, los analistas han pronosticado una inminente aceleración en la economía de EEUU, y se han equivocado. El registro mediocre es el crecimiento de un 2.5% en el 2010, un 1.8% en el 2011, 2.8% en el 2012 y algo cerca del 2% en el 2013.

Pero, sin inmutarse, los pronosticadores dicen que el 2014 realmente será el año en que el crecimiento se recupere y que están más seguros que nunca. La Reserva Federal espera el crecimiento de un 3%, y que el consenso de Wall Street sea un poco más bajo.

«El crecimiento se está acelerando y el desempleo está bajando», dijo Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional». Así que todo eso nos da una perspectiva mucho más fuerte para el 2014″.

La razón para este último optimismo es la expectativa de que una serie de vientos en contra que sostienen a EEUU de nuevo vayan a disminuir. Los hogares han hecho progresos desapalancando sus balances generales, por lo que deben ser capaces de pedir prestado de nuevo, la política fiscal de EEUU está ampliamente resuelta por el próximo par de años y no podría arrastrar el crecimiento, la economía de la eurozona es más estable, y la construcción de viviendas está aumentando.

El progreso gradual de la eurozona. Para un bloque monetario que se enfrentó a un armagedón financiero y económico en el 2012, la previsión de crecimiento del Banco Central Europeo para el próximo año de sólo un 1.1% representa un progreso.

El desempleo, cerca de su alza histórica de 12.1%, es improbable que se reduzca drásticamente el próximo año, mientras que la inflación está fijada a permanecer muy por debajo de la meta del banco central de poco menos de un 2%. Mucho dependerá de si la inversión empresarial y el consumo aumentan, especialmente en Alemania. Y la falta de reforma en otras grandes economías también es una preocupación.

El sistema bancario sigue siendo débil y el BCE debe garantizar que su control de la salud del sector sea lo suficientemente duro para ser creíble, evitando al mismo tiempo otro pánico en el mercado. Un euro más fuerte podría complicar las cosas, haciendo menos competitivas las exportaciones, lo que debilitaría las presiones de los precios y dificultaría a los exportadores. Algunos creen que el 2014 será el año en que el banco central recurra a la flexibilización cuantitativa. En la actualidad, esta es una opción que está fuera, un recorte en las tasas de depósito o de otras ofertas de préstamos baratos a largo plazo es más probable en el corto plazo.

Primer año de agenda de Xi. Después de haber pasado el 2013 consolidando su control del poder, el 2014 es el año en el que Xi Jinping, el presidente de China desde marzo, implementará en serio su agenda económica.

Xi quiere dar más libertad a las empresas no estatales para expandir sus negocios, hacer que sea más difícil que el gobierno local acumule deudas, y acelerar la liberalización de las tasas de interés.

Él quiere dar más juego a las fuerzas del mercado en la creencia de que el modelo de crecimiento impulsado por el gobierno de China está perdiendo fuerza.

Los inversionistas han reaccionado favorablemente a sus planes hasta la fecha, pero su aplicación está llena de retos. Las perspectivas económicas de China para el próximo año dependerán de que Xi presione las reformas difíciles primero, o en su lugar opte por los mangos bajitos. La última opción sería la más fácil.

Las reformas más difíciles, como la limitación de la deuda del gobierno local, están obligadas a hacer frente a la oposición y están más inmediatamente en negativo para el crecimiento. Hasta el momento, Xi ha hecho más progresos en las reformas más fáciles, tales como la relajación de la política del hijo único. Al mismo tiempo ha permitido que aumenten las tasas del mercado monetario, un movimiento necesario para frenar la deuda, pero uno que podría amortiguar el crecimiento el próximo año.

El impuesto de ventas de Japón está puesto a prueba. Es difícil mirar más allá de abril. Un aumento en el impuesto al consumo de un 5% a un 8%, a partir de ese mes, se espera que haga daño.

Los economistas encuestados por Bloomberg predicen que el consumo privado se reducirá en casi una décima parte del primero al segundo trimestre, haciendo que toda la economía se contraiga a una tasa anualizada de casi un 4%.

Si es así, podría ser el primer deslizamiento en la tercera economía más grande del mundo desde que Shinzo Abe, el primer ministro, volvió al poder el año pasado. También podría reivindicar a aquellos de sus asesores que argumentaron en contra del aumento.

Sin embargo, una recuperación más amplia de Japón podría sobrevivir el golpe. En el 2013, el crecimiento real de alrededor de un 1.8% se basa en una combinación poderosa del estímulo fiscal y monetario y en el 2014 las mismas fuerzas podrían golpear de nuevo.

Las reformas regulativas también podrían desempeñar un papel. Pero en noviembre el gobierno tendrá que pronunciar un nuevo aumento del impuesto al consumo, hasta un 10%.

Si el crecimiento es afectado por el primer aumento, Abe, enfrentando una elección del liderazgo del partido en septiembre de 2015, puede encontrar fácil hacer retroceder el segundo aumento.

En los mercados emergentes los riesgos políticos abundan. Los mercados emergentes pasaron gran parte del 2013 a la sombra de los planes de la Reserva Federal de EEUU para empezar a retroceder de nuevo su estímulo monetario. Ahora, con el plan de reducción que se anuncia, otra venta masiva indiscriminada es improbable, pero los inversionistas se mantienen cautelosos de los retos estructurales que enfrentan los países que han retrasado las reformas.

Los que puedan tomar ventaja de una recuperación en EEUU y otras economías desarrolladas son propensos a que les vaya mejor, como México, o países con sectores manufactureros competitivos en Europa central y oriental.

Pero el efecto de un crecimiento más fuerte en EEUU se diluirá si conduce a la Fed a reducir su estímulo más rápido de lo esperado.

En Brasil el gobierno enfrenta presiones inflacionarias y estará dispuesto a hacer frente a un déficit presupuestario cada vez mayor a medida que se acercan las elecciones. Pero un mayor riesgo puede ser el de la agitación política espontánea. En muchos países, los votantes de clase media, cada vez más dispuestos a protestar, pueden haber llegado a esperar tasas de crecimiento más rápido que la que los mercados emergentes pueden sostener.

 

 

 

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