DIÓMEDES MERCEDES
Las vitrinas, las fachadas, y los espejos en los que se muestran o reflejan las sociedades, no son las de los bancos, o palacios, ni la de las grandes plazas o galerías comerciales: son sus calles, sobre todo las interiores, conlas actitudes, los ojos y los cuerpos de sus gentes ordinarias.
República Dominicana se exhibe paradisíaca para los negocios del mercado del turismo, pero no tiene cómo ni dónde esconder sus acumulados grandes problemas, algunos escalofriantes e insolubles, por el tipo de gobierno que nos damos, porque son quienes los crean y los demás quienes los padecemos.Un capítulo de ese expediente de acumulación lo constituyela pobreza con sus resultantes, La sección Economía y Negocios de este matutino, este domingo 4, bajo la firma de Carmen Carvajal, su redactora de economía, reporta que «el nivel de pobreza en República Dominicana crece con la economía.
Los elevados niveles de crecimiento económico no han ido aparejados con una reducción de los niveles de pobreza etc.». Cita a Christina Malmberg-Calvo, representante del Banco Mundial en el país, quien sostuvo «que para el 2004 el 40% de la población era pobre, de las cuales el 16% vivía en la pobreza extrema.
Desde el 2003, un millón y medio de dominicanos pasó a engrosar la fila de los pobres».Estos cayeron allí desde la clase media. De ese total, «casi la mitad es decir 700 mil personas cayeron en la extrema pobreza».
¿Bajo la misma presión adónde fueron los que ya estaban en ella, dónde cayeron? En la mendicidad rampante y en formas infrahumanas y delincuenciales de subsistencia, incluyendo actividades patéticas-delictivas, como la explotación escandalosa y visible de abuso infantil, presente en cada intersección de calles y avenidas principales de la capital.
Dentro de estas, a cualquier hora del día o de la noche en toda la extensión de la capital, miles de niños, niñas y adolescentes, manejadas por mujeres adultas dominicanas y haitianas, cargando esos infantes de la forma más lastimera posible o mandando a pedir a las adolescentes, inundan esta y otras ciudades del interior, usadas por mafias que se dividen los sectores, vendiendo sus esquinas o pagando «X»sumas por los niños alquilados para recaudar limosnas, o pagando a estos y estas un mínimo porcentaje de lo recaudadocada día.
En el mayor de los casos contratan inmigrantesque son los más baratos traídos por la frontera.Igual organización y distribución presenciamos y en númeromayor con la distribución de los adultos en el dominio delmercado informal, de los puestos de frutas, jugos, lentes,tarjetas, dulces, helados, frituras, agua, etc., situados en todos los sectores en las vías públicas, seguro que pagando peajes a algún potentado. Pero estos no son más que emigrantes que han hecho un espacio comercial para su comunidad, sin atentar tan gravemente, contra normas legales y de los derechos, seguridad y dignidad de los niños, niñas y adolescentes tardíamente protegidos en el país por un régimen legal especial, que es el Código del Menor, ley 14-94, Decreto 59-95 y la Ley 24-97, todos para la protección de niños, niñas y adolescentes en la República Dominicana, que no se cumplen.
No desestimamos el empeño de la Magistrado Rosanna Reyes y de su equipo, velando todo el tiempo por la observación del Código del Menor, por lo que merece justo reconocimiento;pero no están a su alcance los correctivos estructurales y éticos que determinan este invasivo mal ejemplo que incrementa los abusos, la explotación, los daños psicológicos y de identidad con los que se lucran de la pobreza dominicana y haitiana tomando las limosnas de donantes que tan caro cuesta a la vida de esos niños generalmente drogados por sus portadores que los cargan sin afectos y maltratan sin darle ni de beber en diez horas; ñonguitos envueltos en trapos sucios bajo todo el calor del mundo, anestesiados e inconscientes, o infelices adolescentes ataviadas para estimular y saciar en cinco minutos la lascivia de enfermos sexuales motorizados.
Este es un negocio viejo. ¿Quiénes son los padrinos de estainmoralidad y asquerosa insensibilidad? ¿Quiénes lo organizan o hacen de intermediarios o cómplices de esas crueldades públicas contra niños, niñas y adolescentes? ¿Por qué esta sociedad nuestra los tolera, teniéndolo a la vista en cada intersección de vías principales? ¿Por qué ignoramos los derechos, la dignidad y nuestros deberes con estos? Faltos de deberes morales y de sensibilidad, somos unos monstruos.Esos niños, niñas y adolescentes, no son dueños de las limosnas con las que algunos descargan su mala conciencia.Son víctimas alquiladas a sus progenitores en casi su totalidad, y en un 100% son víctimas de hijos de p., y de nuestra indolencia institucional y social.
Pedimos el desmantelamiento de ese inhumano y enorme negocioabusivo de explotación e inmoral esclavitud de inocentes yadolescentes que afecta indignamente a todos, aunque para sulogística haya que usar todos los miembros de la PN:, de lasFuerzas Armadas, de la Defensa Civil, de los Bomberos yvoluntarios y voluntarias dada su expansión y su enraizamiento.
La citada Ley 14-94, en su artículo 3-20 crea el organismorector del sistema de protección a niños, niñas y adolescentes:a) Secretaria de Estado de Salud Pública y Asistencia Social,b) Secretaría de Estado de Educación c) Procuraduría General de la Repúblicad) Consejo Nacional para la Niñeze) Secretaria Técnica de la Presidenciaf) Dos representantes de organismos no gubernamentales¿Dónde están?