Abuso infantil, una triste realidad

Abuso infantil, una triste realidad

POR BEBERLYN  PÉREZ
En la ciudad de Santo Domingo el 85% del abuso infantil es cometido por personas cercanas al niño /a, que gozan de su confianza y muchas veces representan autoridad para estos/ as.

El incremento que ha experimentado este fenómeno en los últimos años refleja la necesidad de crear mecanismos de prevención, cuya finalidad consista en reducir los factores de riesgo que contribuyan a la ocurrencia del mismo.

Abuso infantil es toda conducta de un adulto que, por acción u omisión, interfiere negativamente en el sano desarrollo físico, psicológico o sexual de un niño, niña o adolescente. Existen diferentes tipos de abuso infantil,  el abuso físico, el psicológico, el abuso sexual y negligencia.

Entre los indicadores de abuso tenemos  lo indicadores físicos como son  alteraciones de patrones normales de crecimiento y desarrollo, moratones o marcas en el cuerpo, descuido en el cuidado personal, infecciones urinarias, embarazo en adolescentes, entre otros y como indicadores  conductuales  se encuentran el aislamiento social, desconfianza relacional, bajo rendimiento escolar, lenguaje sexual, agresividad, problemas del sueño o alimentación, entre otros.

Los niños, niñas y adolescentes que crecen y se desarrollan en ambientes violentos, con una comunicación poco efectiva o la ausencia de esta, con desconocimiento de sus derechos y falta de libertad para expresarse, aquellos con carencia de afecto e inseguridad en su hogar, se encuentran en mayor riesgo de ser abusados.

Es responsabilidad de todos y todas como entes sociales participar de manera activa en la lucha contra este flagelo que cada día se generaliza. Para prevenir el abuso infantil debemos reforzar los lazos afectivos y de confianza con nuestros hijos/ as, reforzarles el valor de decir siempre la verdad, educarlos en el conocimiento de su propio cuerpo, así como la autoestima y el cuidado de la salud, la adopción de conductas sexuales saludables, de respeto a uno/a mismo/a y a los demás. Es un deber de todos y todas denunciar el abuso infantil.

La licda. Pérez Kern es Psicóloga Clínica. Email:         Kern732000@yahoo.es

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Los mejores alimentos para nuestro cerebro
¿El cerebro envejece?

Todos nacemos con un determinado número de neuronas que irá disminuyendo con los años, ya que iremos perdiendo a lo largo de la vida aproximadamente el 10% de nuestro almacenaje neuronal. Este proceso empieza a partir de los 30 años… ¿Aún no los tienes? Qué suerte.

En la barriga de mamá

Durante la vida intrauterina se va construyendo nuestro capital neuronal. Pero, por suerte, las posibilidades de nuestro cerebro no son dependientes de este número absoluto, ya que no utilizamos todas las potencialidades de las que disponemos. Apenas se requiere un 30% de las neuronas.

¿Qué hay de herencia y que de nuestros propios aprendizajes y capacidades personales?

Siempre es un motivo de estudio, pero es evidente que el crecimiento cerebral depende en el hombre, más que en ningún otro mamífero, del entorno, de la educación, de la alimentación y de los estímulos exteriores.

¿Pierdes la memoria?

Uno de los componentes más importantes de nuestra inteligencia es la memoria. Su alteración es el signo más frecuente del declive cerebral provocado por la edad. Las neuronas son capaces de almacenar informaciones visuales, auditivas y motrices y luego podemos recordar cada acontecimiento, pero los años nos hacen olvidar muchos detalles.

Las neuronas son una de las células más activas de nuestro organismo, ellas crean un influjo eléctrico y lo hacen circular, fabrican enzimas, neurotransmisores y hormonas. Este trabajo requiere mucha energía que consume azúcares y muchos otros nutrientes y se logra gracias al sistema circulatorio que es riquísimo.

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¿Qué alimentos necesita nuestro cerebro?

  Hojas de diente de león, zanahoria, perejil, espinacas, mantequilla, todos ricos en vitamina A.

  Extracto de levadura, germen de trigo, soja seca, nueces, cacahuetes, todos ricos en vitamina B.

 Levadura de cerveza, harina de maíz, cacahuete tostado, plátanos, todos ricos en vitamina B 6.

  Almendras, arroz, boniato cocido, brécol cocido, cacahuetes. Ricos en ácido fólico o vitamina B 9.

  Huevos y lácteos. Ricos en vitamina B 12.

  Pimiento, papaya, kiwi, fresa, limón, naranja, mango, pomelo, todos ricos en vitamina C.

  Frutos secos, cereales integrales, levadura de cerveza, legumbres secas. Ricos en cobre.

  Leche, huevos, avena, alubias y guisantes. Ricos en fósforo… y muchas cosas más.

¡A comer… y no pierdan la memoria!

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