París.- En pleno escándalo de las acusaciones de violaciones y uso de servicios de prostitutas por miembros de la oenegé Oxfam, lo que afecta a todo el sector humanitario, otra ONG, Médicos Sin Fronteras (MSF) reveló hoy que registró 24 casos de hostigamiento o abusos sexuales en su interior en 2017.
La ONG internacional, creada en Francia pero que tiene 40.000 empleados permanentes en el mundo, indicó en un comunicado que su dirección recibió 146 quejas o alertas. Este registro es parcial, pues la ONG no incluye «los casos directamente administrados por los equipos en el terreno y no señalados a la sede» operativa de París.
«Aunque las quejas de abusos aumentan con regularidad, MSF es conciente de que los abusos que han ocurrido en su seno están subvaluados», precisó la ONG. Cuarenta casos fueron identificados como «casos de abusos o de hostigamiento», sexual o no, luego de una investigación interna, y entre los 40 casos, 24 fueron de hostigamiento o abuso «sexual», precisó MSF.
De los 24 casos, 19 personas fueron despedidas, agregó la organización. «En otros casos los empleados fueron sancionados con medidas disciplinarias o suspensiones», precisó el comunicado. MSF hace estas revelaciones en pleno escándalo de Oxfam y cuando aumentan las acusaciones que implican a la ONG, en especial la de no haber señalado el comportamiento de uno de sus cuadros involucrados.
Objeto de varias acusaciones, el belga Roland van Hauwermeiren, exdirector en Chad y Haití de Oxfam antes de renunciar, fue demandado en 2004 por abuso sexual, cuando estaba destacado en Liberia por la ONG británica Merlin. Luego de Oxfam, trabajó en la ONG francesa Action contra el hambre en Bangladés, que deplora no haber sido informada.
Luego de las revelaciones sobre el uso de sevicios de prostitutas y potenciales abusos sexuales en Chad y Haití, Helen Evans, directora de prevención interna en Oxfam entre 2012 y 2015, denunció el martes la existencia de una «cultura de abusos sexuales en algunas oficinas» y se refirió a violaciones o tentativas de violación en Sudán del Sur, o de agresiones a menores voluntarios en tiendas de la ONG en Reino Unido.
Y la ONG también está afectada en otro frente: la detención el martes en Guatemala del presidente de Oxfam International, el ex ministro de Finanzas Juan Alberto Knight, en el marco de un escándalo de corrupción no relacionado con estos casos sexuales. Los efectos no han tardado en sentirse para Oxfam. El lunes renunció su directora general adjunta, Penny Lawrence.
El martes por la noche, la actriz y cantante británica Minnie Driver, nominada a los Óscar, anunció su renuncia a su papel de «embajadora» de Oxfam. El miércoles, una portavoz de la ONG indicó que la organización humanitaria registró 1.270 anulaciones de donaciones por pago automático entre sábado y lunes frente a un promedio mensual de 600.
El jueves, representantes de la ONG son convocados el jueves por el ministerio de Planificación y de Cooperación exterior haitiano para que den explicaciones, y el presidente Jovenel Moïse denunció una «violación muy grave de la dignidad humana». Luego de estas acusaciones, la secretaria de Estado de desarrollo internacional británica, Penny Mordaunt, escribió a todas las ONG para pedirles reforzar sus procedimientos de control.
«Queremos un cambio de procedimiento (…), que el personal rinda cuenta de sus acciones», declaró Mordaunt en un coloquio internacional en Estocolmo. Para Mike Jennings, director de estudios sobre el desarrollo en la Escuela de Estudios Orientales y africanos de Londres, las situaciones de urgencia son un medio propicio para los abusos. «Hay personas extremadamente vulnerables que con frecuencia han perdido todo, y otros que tienen acceso a muchos recursos, lo que les da poder», dijo a la AFP.
En Londres, clientes habituales de los almacenes Oxfam no parecen ser muy duros con la ONG. «Es como una rama de una cadena de almacenes, no es el todo», considera Richard.
Sin embargo, los abusos sexuales son «práctica corriente» en el medio humanitario, denunció en la BBC Megan Nobert, una joven que fue drogada y violada cuando trabajaba para un programa de la ONU en Sudán del Sur en 2015.
«Le comunidad humanitaria no es la última en la lista», en la línea del escándalo Weinstein o la campaña üMeToo y «debe ahora abordar públicamente este problema que buscaba solucionar de manera discreta», agregó Oxfam es una poderosa confederación de unas veinte ONG presentes en más de 90 países.