Acaban tediosos análisis bancos de Wall Street

Acaban tediosos análisis bancos de Wall Street

Lananh Nguyen, Rebecca Spalding y Sarah Jane Mahmud

Se podría llamar el anzuelo de Wall Street. Pero en vez de los “17 vídeos de gatos que te matarán de risa cada vez que los veas”, Bank of America Merrill Lynch está poniendo en juego su reputación de mejor analista mundial, que tanto le costó labrar, en un intento de redefinir la venta de ideas a la élite financiera.
Se acabaron los interminables resúmenes diarios de mercado y los informes leídos por encima. En su lugar, la responsable de análisis global, Candace Browning, está virando hacia manuales básicos y piezas temáticas con títulos llamativos para atraer la atención de los lectores. Y, lo más importante, está empujando a su equipo de casi 700 personas a hacer predicciones más atrevidas. No obstante, esta directriz va acompañada de una advertencia: acertad. Los fracasos reiterados pueden costarle el puesto a un analista.

“El único análisis que vale la pena es el de las ideas originales y anticipatorias” que generan rendimientos, dijo en una entrevista en la oficina del banco en Nueva York. “Tenemos que decirles a los clientes algo que no sepan ya”.

Mostrar algo de personalidad también ayuda. David Woo, de Bank of America, por ejemplo, relacionó en un informe el tipo de cambio dólar-yuan con un mal matrimonio. A Kit Juckes, de Société Générale SA, se le conoce por introducir letras de canciones de Bob Dylan y proverbios en latín en sus comentarios. Y en Credit Suisse Group AG, Shahab Jalinoos dejó caer rimas del rapero Notorious B.I.G. en un análisis de la política monetaria del Banco de Japón.

A contracorriente. Tras la desaparición de más de medio millón de puestos de trabajo en los mayores bancos desde 2008, los analistas están presionados para demostrar su valía haciendo recomendaciones que son al mismo tiempo clarividentes y memorables. La normativa europea que obligará a los inversores a pagar por los análisis podría crear aún más incentivos para destacar.

En BofA, la presión por hacer predicciones fuera de lo habitual es evidente en los análisis de Woo, un estratega de tipos de cambio, divisa y mercados emergentes en Nueva York. En “El gran divorcio”, publicado en noviembre de 2015, Woo describe la mayor previsión que hizo en su carrera profesional, defendiendo que la divisa china podía caer hasta un 10 por ciento frente al dólar en 2016. Su estimación fue la cuarta más pesimista entre más de 40 previsiones. El yuan ‘onshore’ ha caído en torno a un 7 por ciento desde entonces, alcanzando un mínimo de ocho años el mes pasado, lo que deja a los estrategas rivales compitiendo por recuperar terreno.

“La receta más poderosa para una gran operación es cuando tienes un punto de vista opuesto y el mercado está muy posicionado en la dirección contraria”, dijo Woo. “Si aciertas, puedes meter un gol”.
‘Riesgo reputacional’. Las previsiones arriesgadas no siempre ganan, claro. El estratega jefe de divisas de Goldman Sachs Group Inc., Robin Brooks, predijo el pasado diciembre una caída del 3 por ciento en un día en el euro, anticipándose a la decisión de política monetaria del Banco Central Europeo. Sin embargo, la moneda subió un 3,1 por ciento. En una nota de ‘mea culpa’, Brooks escribió que malinterpretó mucho la reunión. “Hay riesgos reputacionales implícitos en el hecho de ir a contracorriente; si estás en la multitud, nadie se dará cuenta de que te equivocas porque todo el mundo lo hace”, señaló Daragh Maher, estratega jefe de divisas de HSBC Holdings Plc. en Nueva York.

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