Como si los problemas de los Mets de Nueva York no fueran suficientes, el dueño del equipo, Fred Wilpon, echó un balde de agua fría a los jugadores y a todos los que rodean al club en una entrevista para la revista The New Yorker.

Mientras habló de su relación con Bernie Maddox, el hombre procesado y condenado por un fraude de más de US$65 mil millones y por el que un grupo de ciudadanos acusa a Wilpon de haberse beneficiado de esos negocios turbios, el ejecutivo literalmente barrió el piso con sus principales figuras.

Al hablar de José Reyes, dijo que el dominicano era una gran figura pero que las lesiones lo habían golpeado severamente y que por eso fracasaría en la agencia libre al terminar el año.

«Él cree que va a conseguir el dinero de Carl Crawford», dijo Wilpon, refiriéndose a la firma de los Medias Rojas de Boston del ex-jugador de Tampa Bay a un contrato de 7 años por US$142 millones. «Ha tenido todo lo malo en él», dijo Wilpon de Reyes. «No lo conseguirá».

También se refirió al gerente general Omar Minaya, a quien llamó “idiota” por algunas de las contrataciones que realizó, principalmente la del lanzador mexicano Oliver Pérez.

El antesalista David Wright fue uno que también fue fustigado por el propietario de 74 años de edad.

«Está presionado», dijo Wilpon sobre Wright. «Un muchacho muy bueno. Un muy buen jugador. No es una superestrella», agregó.

Llamó a los Mets un equipo de “porquería” y cuestionó la contratación del jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán luego de la Serie Mundial del 2004 con los Astros de Houston.

«Tuvimos un idiota (Minaya) en Nueva York que le pagó basado por lo que hizo en esa serie», dijo. “En el transcurso de sus siete años de su contrato de $119 millones, Beltrán también ha sido obstaculizado por las lesiones. «Él es un 65%, 70% de lo que era», dijo.

Wright respondió a las críticas del dueño de los Mets diciendo que entendía que el señor Wilpon tenía muchos problemas y mucha presión y que no agregaría nada más.

El propietario del conjunto de Nueva York cometió un error garrafal al criticar a sus jugadores y al propio equipo. Eso le luce a los contrarios, más nunca a él mismo.