Academia de Ciencias, “Biografías”

Academia de Ciencias, “Biografías”

Como preámbulo deseo felicitar a las recién electas autoridades de la institución, Lic. Milcíades Mejía, Dr. Luis Scheker Ortiz y al grupo de cientistas de la nueva directiva, a la que con orgullo pertenezco, nos toca dirigir dignamente la Academia de Ciencias de República Dominicana. Nuestra institución puso en circulación la obra “Biografías, Académicos fundadores de la ACDRD”, de la autoría de la Dra. Irene Pérez Guerra, vocal de la directiva. La actividad celebrada en los salones de la entidad, en la calle Las Damas, se inició con las palabras de bienvenida del Presidente de la Academia, el Lic. Mejía, quien dio una calurosa salutación a los presentes en tan majestuosa noche. En la solemnidad de la Academia, enfatizó la labor de esos hombres y mujeres que el 20 de diciembre de 1974 tuvieron la brillante iniciativa y gran visión de futuro de dejar fundada esta institución que agrupa a una parte de los hombres y mujeres dedicados a cultivar las ciencias en nuestro país.

La presentación de la obra estuvo a cargo del Lic. Bernardo Vega, Presidente de la Academia Dominicana de la Historia, quien ponderó la importancia de la obra de la Dra. Pérez Guerra, que revisa la vida y obra de los 23 hombres y mujeres de ciencias fundadores. El Lic. Vega resaltó en su discurso la novedad estructural de la obra. Permítanme mis amables lectores hacer referencia a algunos de los médicos que fueron fundadores de la Academia porque fui alumno de todos ellos. El doctor Hugo Mendoza, fui su neurólogo hasta morir, en la pediatría dominicana hay un antes y un después de él, doy fe pública de mi agradecimiento, pues bajo su supervisión todavía nosotros estudiante de medicina, publicamos una “guía práctica” para el manejo de las soluciones líquidas y electrolitos para la emergencia del hospital, no había en ese momento en el hospital Robert Reid. Lo heredé honrosamente en presidir la Comisión de Salud de la Academia. El Dr. Arnaldo Espaillat, es una especie de tío, su prestigioso instituto está ahí, dando frutos, heredado por una verdadera estirpe ejemplarizadora, no solo aprendimos con él la oftalmología, sino por igual nos enseñó refinadamente, que el médico debe ser un filósofo culto para ejercer plenamente esta profesión de Esculapio.

El Dr. Antonio Zaglul, prominente psiquiatra, me permitió ser su amigo. De él guardo muy gratos recuerdos, mi primera visita universitaria al manicomio –qué dramática-, conocer a Freud, recuerdo que ya enfermo, el Dr. Zaglul nos ayudó con entusiasmo a preparar un trabajo sobre la historia de las neurociencias en la República Dominicana que presenté la noche que tomé posesión como Presidente de la Sociedad de Neurología y Neurocirugía. El Dr. Rogelio Lamarche, ajedrecista talentoso, de un trato personal exquisito, por la amistad heredada de mi familia en el Colegio Universitario nos dispensó distinciones. Doña Idelisa Bonelly, Bióloga, ecologista militante, la única dama entre los fundadores, nos ha dispensado siempre un trato muy dulce desde las aulas universitarias hasta en su hogar, pues estuvimos entre los amigos de su esposo, mi querido profesor el Doctor Vinicio Calventy. El Dr. Huberto Bogaert nos ensenó las enfermedades de la piel, ejemplo de un Quijote soñador que logró hacer palpable sus sueños, ahí está el Dermatológico. ¡Loor a todos ellos, grandes por sus imperecederos legados, sursun corda!

 

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