Academia de Ciencias reconoce fundadores

Academia de Ciencias reconoce fundadores

Directivos de la Academia de Ciencias de la República Dominicana reconocieron a los fundadores de la institución en un acto en el que también fueron entregados reconocimientos al Mérito Cívico a la bióloga polaca Sophie Jakowska, post mortem, y al periodista Geraldino González, correspondiente a Periodismo Científico.

Los reconocimientos fueron entregados en una ceremonia efectuada en la sede de la institución en ocasión de la celebración del 31 aniversario de la fundación de la Academia.

Los homenajeados fueron Sergio Bencosme, Hugo Mendoza, Dinápoles Soto, Mario Bonetti, Henri Alain, Eduardo Luna, Armando Hopelman,  Eugenio de Jesús Marcano, Pedro Troncoso Sánchez, Pedro Mir,  Francisco Caro, José Joaquín Hungría, Gustavo Rate y Francisco R. Taveras, así como Idelisa Bonnelly viuda Calventi.

Antes de la distinción fueron leídas las biografías de cada una de las personalidades reconocidas. Las placas fueron recibidas por los homenajeados, y por los familiares de los ya fallecidos.

Se guardó un minuto de silencio por los científicos fallecidos, especialmente por Sophie Jakowska y el antropólogo Fernando Luna Calderón, fallecidos recientemente.

En la actividad habló el vicepresidente Rafael Alburquerque, al entregar a la academia, a nombre del Gobierno, un centro de comunicación de informática con acceso a 800 bibliotecas virtuales científicas de todo el mundo y aplicaciones adaptadas a las necesidades de la institución.

Al agradecer la donación, el presidente de la institución, Nelson Ceballos, dijo que el centro de informática amplía grandemente las posibilidades de trabajos científicos en la institución.

“Los cinco servidores de que disponemos en este centro de informática, serán un salto en las posibilidades de trabajo científico en la Academia”, dijo Ceballos.

El programa del acto incluyó la lectura de la declaración anual de ética de la Academia, consistente en una reflexión sobre un problema ético, que en esta ocasión fue leída por el respetado jurista José Silié Gatón.

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