Pese a que técnicos de Medio Ambiente afirmaron en el 2003 que el barco Konstantinos, encallado en la isla Beata al suroeste del país, no tenía combustible, un informe de mayo del 2007 de un equipo de la Academia de Ciencias estableció que el buque contenía una cantidad indeterminada de hidrocarburos y que representaba un peligro.
La embarcación, tipo tanquero, se encuentra dentro del espacio costero del Parque Nacional Jaragua. Está localizada a 70 metros de la isla Beata y la superficie costera marina donde se encuentra es de poca profundidad.
Aunque el informe del 2007 no puede precisar la cantidad de combustible, se refiere que el capitán de la nave de matrícula hondureña, reportó una acta de accidente marítimo y declaró la cantidad de 20,000 galones de gasoil y 10,000 galones más diferidos en el buque.
Los técnicos advirtieron que con la situación que tiene el barco, expuesta a zozobrar es una amenaza seria para derramar o verter el contenido que carga sobre las aguas marinas, costas y ambiente terrestre expuestos, y producir una contaminación de grandes proporciones en estos ecosistemas. Al día de hoy el barco todavía permanece en la zona, aunque se afirma que gran parte del combustible fue saqueado.
Es visible la presencia de agua en contacto con el combustible en los tanques, un proceso de avanzado deterioro de la estructura del barco por corrosión. Por las condiciones de deterioro de la embarcación, el tiempo de abandono y la actividad del mar en ese ecosistema, se advierte un riesgo potencial de derrame de combustible, dice el informe.
Los técnicos de la Academia de Ciencias que hicieron el levantamiento fueron Eleuterio Martínez, Arismendis Gómez, Juan B. Frías Agramonte y José Manuel Mateo Féliz.
También participó Bolívar DOleo, para ese entonces procurador adjunto para la Defensa del Medio Ambiente.
El pasado viernes se terminó otra nueva inspección ordenada por el ministro de Medio Ambiente, Jaime David Fernández Mirabal y cuyos resultados aún no han sido dados a conocer.