La Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) ha dado buenas señales de empeño por enfrentar el robo de electricidad.

La detección de fraude eléctrico entre usuarios de alto consumo es, tal vez, el mejor indicio de que andamos en buenos pasos para hacer realidad este propósito.

Está comprobado hasta la saciedad que grandes usuarios son los causantes de las pérdidas más significativas en el sistema eléctrico nacional, sin que decirlo signifique restarle importancia a la evasión y el robo entre los usuarios de bajo consumo.

Entre las muchas variables que provocan deficiencias en el sistema eléctrico la evasión ocupa de los primeros lugares.

La ley que endurece las sanciones por hurto de electricidad debe ser aplicada con todo rigor y la CDEEE ha dado muestras de que quiere hacer valer ese instrumento.

Las distribuidoras de electricidad han trabajado para reducir sus pérdidas a niveles sostenibles.

Se esfuerzan por mejorar los medios de cobrar la energía, y hay propuestas concretas sobre sistemas de prepago y pospago de la electricidad entregada a los usuarios. La CDEEE debe sentirse estimulada a continuar frenando el hurto de energía, sobre todo entre los grandes usuarios.

El crimen desmiente

Mientras hay autoridades que afirman que la actividad criminal ha disminuido, el crimen cotidiano se encarga de desmentirlas y reafirmar con sangre la realidad que está viviendo el país.

La noche del domingo, para citar ejemplos, delincuentes mataron al teniente del Ejército Vivis Shang Rodríguez para robarle un celular. En el Mirador Sur fue encontrado muerto de varios disparos el sargento policial Denichel Pérez.

Para continuar con los ejemplos, la noche del lunes fueron muertos en Higüey los vigilantes Santo Usmel Reyes y Marcelino Féliz Méndez durante el asalto a una envasadora de gas.

¿De dónde sacan las autoridades sus estadísticas de descenso de la criminalidad? No lo sabemos. Lo que sí es irrefutable es que los crímenes desmienten esas afirmaciones y reafirman que la gente no está segura en ninguna parte.