PARÍS (AFP).- La acción del Banco Central Europeo (BCE) trajo una tranquilidad casi generalizada a los mercados financieros europeos, pero el fantasma de una recesión planea aún sobre la economía real, amenazada por el desempleo, los precios del petróleo o la desaceleración en China.

«Lo peor de la crisis de la deuda parece estar detrás nuestro y los pronósticos catastróficos de una bancarrota o una explosión de la zona euro desaparecieron de las salas de mercados, lo que despertó el apetito de los inversores por los activos de riesgo», señaló Philippe Waechter, director de investigación económica de Natixis Asset Management.

En las bolsas, todas las señales están en verde desde que comenzó el año. Las plazas financieras europeas borraron una parte de sus pérdidas de 2011.

Desde el 1 de enero, Milán ganó más de 12%, Fráncfort casi 18% y París 11%. El mercado de la deuda soberana se tranquiliza, y las tasas de interés de Italia y España, en la mira de los mercados desde el verano, se sitúan por debajo de 5%, su nivel de agosto de 2011. Asismismo, las tensiones en el sector bancario disminuyen.

 «Ello no quiere decir que los bancos se presten más entre ellos, sino más bien que acudieron masivamente a recapitalizarse con el Banco Central Europeo», destacó Renaud Murail, analista de Barclays Bourse.

La institución de Fráncfort se rehusó a socorrer directamente a los Estados y prefirió en cambio actuar en el sistema financiero, prestando a la banca de la zona euro el 21 de diciembre y el 29 de febrero más de 1 billón de euros a largo plazo y a tasas de 1%. Para Gilles Moec, economista jefe de Deutsche Bank, «la determinación política» contribuye a tranquilizar: «Hubo una gran volatilidad durante el verano, lo que enloqueció a los mercados.

La voluntad de los dirigentes es fuerte, lo vemos con las negociaciones sobre los mecanismos de rescate europeos o sobre Grecia». Durante la cumbre europea del jueves y el viernes, la zona euro abrió el camino para desbloquear el segundo plan de rescate a Atenas.

Prevé 130.000 millones de euros en ayudas públicas y una quita parcial de la deuda de los acreedores privados, por unos 107.000 millones. «El país quedó finalmente aislado del resto de Europa, gozando de un trato especial, lo que apaga los riesgos de contagio», se felicitó Waechter.

No obstante, las amenazas sobre la Unión Monetaria persisten, lo que dañaría nuevamente la confianza de los inversores. «

Los tres próximos meses son decisivos con reformas importantes en España e Italia y elecciones presidenciales en Francia que dejan planear dudas sobre el tratado fiscal», estimó Moec.

Este nuevo pacto tiene por objetivo limitar el déficit público a 3% del PIB so pena de sanciones.

Para ello los 25 países de los 27 que cuenta la UE que lo suscribieron deben ratificarlo introduciendo en sus legislaciones reglas para respetar el déficit y el regreso al equilibrio fiscal.

Pero el tratado podría ser renegociado por Francia si se impone en mayo el candidato socialista a la presidencia, François Hollande, que critica que dicho texto no insista lo suficiente sobre la reactivación de la economía.

«Este tratado no aporta ningún sostén inmediato al crecimiento de la zona euro ya que tiene por objeto poner a todos los países bajo las restricciones de la austeridad», dijo Bruno Cavalier de Oddo Securities.

La Unión Monetaria caerá nuevamente en recesión este año, con una contracción de su economía estimada por la Comisión Europea en 0,3%.

Y el petróleo «es el grano de arena que puede agarrotar la máquina», advirtió Murail.

El encarecimiento del barril de crudo podría conducir a un aumento rápido de los precios y pesar en el consumo de los hogares y los márgenes de las empresas.

Para este analista, «el desempleo que alcanzó un nuevo récord en enero en la zona euro (10,7%) y la desaceleración del crecimiento chino» que debería prolongarse en 2012 «deben ser vigilados muy de cerca».