Acción de gracias

Acción de gracias

POR INGRIS LEYBA
La fiesta de Acción de Gracias es la más vieja tradición de los Estados Unidos. Es una reafirmación anual de los valores más profundos de esta nación, pues se trata de una celebración de familia, de amigos, de fe religiosa y de otras bendiciones de la vida.

 Con el devenir del tiempo,  esa costumbre  norteamericana  ha estado presente en nuestro país, pues la Cámara Americana de Comercio ofrece cada año a personalidades de importantes sectores del país, representantes gubernamentales e invitados especiales, el acostumbrado almuerzo del Día de  Acción de Gracias.

El encuentro realizado en el salón Anacaona del hotel Renaissance Jaragua estuvo encabezado por Kevin Manning, presidente de la Cámara Americana de Comercio; Hans Hertell, embajador de los Estados Unidos; Lisa Kubiske, ministra consejera de la embajada americana y Elena Brinneman, encargada de negocios de los Estados Unidos.

El segmento protocolar del almuerzo inició con las palabras de bienvenida de Kevin Manning, quien agradeció la presencia de los invitados, en especial la del embajador Hans Hertell, huésped de honor y orador invitado del evento.

En su discurso trajo a colación la historia del Día de Acción de Gracias, recordando que esa celebración se remonta a 1620,  cuando Europa se encontraba en las primeras etapas de la devastadora guerra de los 30 años, estableciéndose alrededor de 100 peregrinos en lo que hoy se conoce como Massachussets. Su primer invierno fue muy difícil, pero en la primavera de 1621 los indios Iroquois enseñaron a los colonizadores a cultivar el maíz; ese año los peregrinos cosecharon abundantes cultivos y agradecieron con una gran fiesta de Acción de Gracias a los indígenas.

Posteriormente, correspondió el turno al orador invitado, Hans Hertell, quien sostuvo que “me siento muy honrado de comparecer este año ante ustedes para celebrar uno de los días feriados que más se disfruta en los Estados Unidos”.

Sostuvo que la clebración ofrece a los estadounidenses una pausa para contemplar como ha sido el año que acaba de transcurrir en nuestra constante búsqueda de la felicidad y dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas.

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Entrada: panecillos con mantequilla.
Plato fuerte: Pavo rostizado en salsa de giible, acompañado de puré de papa, petit pois, hongo en mantequilla y rotatui de vegetales.
Postre: flan de leche 
Bebidas: vino tinto, blanco y café.

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