Acción y reacción

<P>Acción y reacción</P>

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO 
Hay una tendencia histórica interesante en la política nacional de los últimos 12 ó 14 años. Para 1996 se descubrió la vieja complicidad entre Juan Bosch y Joaquín Balaguer. El último disparó su lanzamiento envenenado y unieron fuerzas contra José Francisco Peña Gómez, lo cual permitió que Leonel Fernández llegara a la Presidencia de la República, luego de ser premiado con el gordo de la lotería de Madrid sin que jugara billetes.

Para 1998 ese gobierno había dado demostraciones de incapacidad, de falta de planes a desarrollar, jugaba a las escondidas con grandes proyectos en los que embarcaba al país sin que nunca se hubieran hablado de ellos.

Ese gobierno se endeudaba y sólo tenía fondos para invertirlos en Santo Domingo, mientras el país languidecía a la espera de que le repararan puentes, escuelas, dispensarios médicos y otras necesidades.

Ello es lo que explica que en 1998 el Partido Revolucionario Dominicano ganara más de las tres cuartas partes del Congreso. En el 2000 volvió a ganar el PRD ante los desaguisados del gobierno y su política errática.

En el 2002 el PRD repitió la hazaña de barrer en las elecciones congresionales y municipales porque el gobierno de Hipólito Mejía realizaba obras importantes para cada comunidad del país en todos los municipios a lo largo y lo ancho de la República y los electores respondieron a ese esfuerzo que los beneficiaba directamente: escuelas, dispensarios, clínicas, estadios deportivos, miles de kilómetros de caminos vecinales, puentes, construcción y reparación de acueductos.

Lógico, esas obras no se ven. Esas obras se hacen para beneficiar a la gente, no para beneficiar algunos bolsillos y hacer obras de relumbrón.

El sunami provocado por la quiebra de tres bancos en un mismo año, trajo como consecuencia una situación económica más que calamitosa, la cual gravitó sobre la decisión del electorado que sólo dos años antes puso todos los huevos en la canasta del PRD.

No fue igual el triunfo electoral del Partido de la Liberación Dominicana en el 2006. Y no lo fue porque el PRD no metió todo el dinero del erario en el 2004 para comprar dirigentes de la oposición y deslumbrar al pueblo con propaganda masiva, engañosa y falsa.

Ahora estamos a días de ver si se repite lo que parece una constante y el pueblo le pasa factura a este gobierno que entiende que todo le luce: la corrupción, el dejar hacer, el dejar pasar, la exhibición del súbito bienestar que experimentan muchos de sus funcionarios y la constante burla al pueblo hablando de una bonanza que sólo ven y viven los miembros del anillo partidario y gubernamental que se reparte las grandes tajadas del poder.

Vamos a ver. Esperemos.

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