El nuevo ministro de Medio Ambiente, Ernesto Reyna, ha iniciado su gestión que el país aguarda promisoria, disponiendo el aseo de cientos de playas costeras y revisando la concesión de áreas protegidas, amparado en el decreto 571-09 que exige clarificar los casos.

Es un arranque laudable, porque limpiará de millones de toneladas detritus las payas de nuestro litoral costero de 1,200 kms. lineales, especialmente las que no disponen de estructuras hoteleras, porque en éstas es elemental que los dueños de resorts mantengan las playas de su entorno limpias.

El espíritu del decreto aludido creó 37 nuevas áreas protegidas con un total de 123 espacios catalogados como patrimonio de los dominicanos, que el ministro Reyna se propone preservar con las exigencias que su bioconservación demanda.

El ministro Reyna habrá de pergueñar en su responsabilidad de preservar lozanos esos espacios, con intereses mineros, turísticos y agropecuarios, pero en cada caso se aspira a concertar acuerdos que no perjudiquen a ninguna de las partes, pero mucho más, que afecten el patrimonio escénico y de preservación natural del país.

Se entiende que es una responsabilidad difícil que el ministro Reyna habrá de consensuar, integrando a personas de la sociedad civil que lo apuntalen en su propósito, empresarios ajenos y también involucrados en esos intereses, líderes políticos, religiosos y comunicadores, para que su incumbencia culmine en éxito no solo para él y el gobierno, sino para el país, las áreas a preservar y los empresarios.

 La campaña educativa que no se ha hecho, es momento de iniciarla.