Acciones entre los principales perdedores por victoria de Trump

Acciones entre los principales perdedores por victoria de Trump

Donald Trump.

La inesperada victoria de Trump se produjo y las acciones de los mercados emergentes están entre los principales perdedores, en medio de las turbulencias que sufren todos los activos financieros.

Sin embargo, se puede prever que la ola de ventas durará poco. Los motivos son claros: hay demasiado efectivo en el mercado y estamos a fin de año.

A medida que aumentaba la incertidumbre sobre las elecciones, algunos de los fondos más importantes elevaron sus posiciones en efectivo en los últimos días de la campaña.
El sondeo más reciente de Bank of America Merrill Lynch a 171 fondos con unos activos totales de US$443.000 millones, llevado a cabo entre el 7 y el 13 de octubre, mostró el nivel de efectivo más alto desde los días posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Esto es la encarnación del miedo. El tema, no obstante, es que los gestores de fondos no pueden permitirse tener una media del 5,8% de sus activos en efectivo cuando comience el período de información de resultados de final de año: se les paga para invertir, no para mantener el dinero en depósito. Así que, a invertir se ha dicho, y deben hacerlo antes de la segunda semana de diciembre, cuando la liquidez se va de vacaciones y la compra de activos resulta casi imposible.

Eso significa que a la marcada caída de las acciones le seguirán alegres inyecciones de efectivo en los mercados por parte de las gestoras de fondos.

¿Dónde se ubican los mercados emergentes en esta ecuación mundial? Pues bien, el sondeo de BofA Merrill también indicó que las gestoras no han tenido unas posiciones tan sobreponderadas en renta variable de mercados emergentes desde principios de 2013. De media, tenían un 31% más de acciones expuestas a las economías emergentes que lo que dictaban los índices a los que siguen.

Además, esta clase de activos es quizás la que reacciona más bruscamente al resultado de las elecciones, dada la retórica comercial expresada por Trump y Hillary Clinton. El Índice MSCI Emerging Markets ya había bajado 2,6% para cuando comenzaron las operaciones en Londres. Podría caer más si hemos de guiarnos por la historia reciente.

Pero ello también significa que estas acciones estarán entre los activos más infravalorados y atractivos después las elecciones.

Al final, todo volverá más o menos a donde estaba. Pero antes prepárense para otro poco de sufrimiento.
Situación de Mexico. Los mexicanos miraban sus televisores con horror mientras Donald Trump su peraba a Hillary Clinton en la elección estadounidense, con lo que llegaba al poder un hombre que agitó el resentimiento de ellos y sus familiares en Estados Unidos y prometió construir un muro entre ambas naciones tras casi un siglo de paz.

Desde el momento en que Trump inició su campaña calificando de “violadores” a los inmigrantes mexicanos indocumentados, el republicano usó México como chivo expiatorio para hacer entender sus preocupaciones sobre el libre comercio y los trabajadores indocumentados. Ahora, después de meses de pegarle a piñatas de Trump, quemar sus imágenes y usar pelucas para hacer sátiras de él en los teatros, los mexicanos enfrentan una oscura realidad que podría dañar la economía de la nación y llevar al caos la vida de millones de inmigrantes.

El peso se desplomó más de 11% para tocar en determinado momento un mínimo récord, superando por primera vez los 20 pesos por dólar, la mayor de las víctimas en una noche que afectó los mercados financieros, bursátiles, de oro y divisas en todo el mundo.

“Este es el acontecimiento más importante en Estados Unidos para México desde la guerra de 1846” cuando tropas estadounidenses invadieron el país, dijo antes del resultado José Antonio Crespo, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económicas en Ciudad de México. “Si Trump nos está atacando y la economía está siendo afectada, la gente se involucra. Nos convertimos en parte de la elección”.

El involucramiento de México en la campaña presidencial de su vecino no tenía precedentes. Sus consulados a lo largo de Estados Unidos montaron una campaña para convertir a los residentes legales en ciudadanos estadounidenses, presumiblemente para votar en contra de Trump.

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