El jueves 6 del presente mes, 51 turistas de diferentes países de América Latina abordaron un autobús que los llevaría, en primer lugar a La Romana, desde donde tomarían una embarcación para trasladarse a la isla Saona y en Bulevar Turístico del Este en Bávaro sufrió una aparatosa volcadura con un saldo de 4 muertes y más de veinte heridos, algunos de gravedad. El autobús era conducido por Franklin Nin Pérez, quien alega que tuvo que realizar un viraje de improviso para no impactar un camión que venía en sentido contrario en la carretera.

Ahora bien, el conductor no imaginó que había una cámara que tomó la acción y que aparentemente lo que salió a relucir fue que iba a exceso de velocidad y perdió el control en la curva, volcándose aparatosamente y el autobús aplastó a varios turistas, causándoles muerte y desmembramientos a varios de los pasajeros. Inclusive un brazo de una dama quedó en el pavimento.

En el expediente instrumentado por el Ministerio Público actuante se determinó por análisis practicado al conductor en el Hospital IMG, que este había consumido estupefacientes prohibidos, en este caso cocaína y por lo tanto, los efectos que causó esta droga hicieron que condujera de manera imprudente y temeraria. Esto se asemeja, a nuestros beisbolistas que creen que porque lo hacen a ocultas, el laboratorio no detectará el uso de sustancias prohibidas.

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El Ministerio Público, en vista de la gravedad del accidente y las consecuencias que ha traído, ha solicitado medida de coerción de prisión preventiva por un año, la misma para evitar que dicho sujeto se pueda escapar y tratar de salir del país para evitar las demandas que sobre él y la empresa recaerán una vez se inicie el proceso.

Hace un tiempo, se le ha venido pidiendo al Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) que instale un lugar de inspección periódico a los autobuses y furgonetas dedicadas al transporte turístico de la zona de Bávaro-Punta Cana, para asegurar las condiciones óptimas de los mismos. Revisar los frenos, luces y condiciones de los neumáticos. Deberían proveerse, de un aparato fotográfico que desde los vehículos supervisores, se comprueben el estado de las gomas y en caso de que estén lisas o no aptas para ser utilizadas en el transporte público, ponerle un candado tipo cangrejo, como me lo hizo a mí la policía alemana, una vez que conducía el automóvil con un neumático liso y hasta que lo cambié, permaneció mi automóvil con dicho candado.

Ahora bien, el transporte en la zona, no solo se circunscribe a autobuses para turistas. Los hoteles utilizan para transportar los empleados que habitan en Higüey y zonas aledañas, las llamadas ¨guaguas banderitas”, vehículos descartados en las escuelas de los Estados Unidos de América, luego de concluir el ciclo de utilidad de máxima seguridad, procediendo a venderlas para países como el nuestro, que por tres a cinco mil dólares, se proveen de los mismos. Son tan desaprensivos, que continúan utilizando el ¨School Bus¨ sin que las autoridades les obliguen a quitar esta práctica engañosa. Inclusive, hemos visto turistas en vehículos alquilados, detenerse cuando se enciende el aviso.

Para que nos demos cuenta de la irresponsabilidad de los sindicatos de choferes organizados, estos han amenazado con entregar sus licencias a la Intrant, si la licencia del conductor irresponsable le es retirada. Si el Intrant acepta este chantaje, que Dios nos coja confesados, ya que estamos ante la intransigencia y violación de nuestras leyes sobre circulación, que todo ciudadano debe respetar sin importar que el conductor pertenezca a un sindicato. ¡Ya si llegamos!