Ya soplan los vientos que nuevamente pretenden arrasar con las empresas eléctricas estatales y despojar al pueblo dominicano de su participación accionaria en las mismas.
Reiterado es nuestro llamado de alerta ante las evidentes intenciones de sectores políticos y empresariales de aprovechar el escenario de elaboración y futura firma del Pacto Eléctrico para presionar a las autoridades dominicanas y convencerlas por las vías históricamente utilizadas para tan nefastos propósitos, de transferir al sector privado las acciones de la Empresa Generadora hidroeléctrica EGEHID, Empresa de Transmisión Eléctrica ETED, EdeEste, EdeSur y EdeNorte.
Pululan ya los epígonos y apologistas que desde sus ágoras promueven una supuesta “despolitización de la tarifa eléctrica”, que para los fines e intenciones de esos acólitos, es lo mismo que solicitar al Gobierno dominicano la “aplicación de la tarifa técnica”, esto es, transferir directamente al cliente final, las fluctuaciones de precios de los combustibles. Esta es sin lugar a dudas una petición perversa, pues antes de hablar sobre tarifa técnica, hay que auditar los costos de producción del kilovatio hora sobre el cual se aplicaría ese nuevo cuadro tarifario, pues a todas luces hoy está más que abultado.
Si para algo sirve el conocimiento de la historia, es para enterarnos de dónde nos traen, dónde nos tienen y para dónde pretenden llevarnos. Está más que confirmado el fracaso del proceso de reforma de la empresa pública en el caso correspondiente a la otrora Corporación Dominicana de Electricidad (CDE). Las promesas al pueblo de energía suficiente, con calidad necesaria y a precio razonable, no ha podido cumplirse, todo lo contrario, hoy se deben tomar del presupuesto general del Estado aproximadamente diez veces más recursos que los tomados en el año 1998.
Pretender resolver el problema eléctrico cambiando nuevamente la naturaleza de las acciones en empresas eléctricas, así como tratar de desviar la atención del área responsable de esa problemática, a decir, los generadores, no pasa de ser una gran burla al ya afectado pueblo.